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Oportunidad
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"Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha." Salmo16:11 (NVI)
El juego de las conjugaciones verbales es notable en este salmo de David. Un hombre sin educación que fue pastor de ovejas no debería tener tan buena dicción digna de un gran escritor como Neruda o Sábato. Sin embargo, David hace una combinación exquisita para presentarnos esta verdad de Dios que no pasa de moda. Y mezcla en su justa medida el pasado y el futuro para dejarnos una garantía en el presente. No es fácil combinar. En casa, es mi esposa quien cocina y lo hace muy bien. En las pocas ocasiones que me tocó reemplazarla por alguna circunstancia particular, la comida se hizo, pero estuvo siempre lejos del plato sabroso que ella presenta. Son los mismos condimentos, la misma comida, pero falla la mezcla, la combinación justa de sabores. Dios tiene un plato delicioso para ofrecernos: Alegría y felicidad son bienes escasos en estos días. Y David nos presenta la fórmula divina para obtenerlos. Lo condiciona a una situación del pasado: Dios le había enseñado a él la senda de la vida. Dios es un permanente Maestro y siempre nos está enseñando. Los métodos pueden ser bien variados, pero el objetivo es siempre el mismo. Dios desea que aprendamos el buen camino. Lamentablemente, somos especialistas en desviarnos y tomar otras calzadas. No es que seamos mal educados, somos mal aprendidos. El camino está, la enseñanza está, Dios mantiene sus alertas, pero seguimos siendo caprichosos en buscar nuestro atajo y nos equivocamos. David nos marca nuestra responsabilidad. Debemos conocer cual es el camino. Porque sabiendo el sendero, y caminando por él, Dios garantiza un futuro de alegría y dicha. Al final del camino, en vez de una marmita de oro al pie del arco iris, Dios nos promete felicidad eterna. Una vida satisfactoria y realizada, con un objetivo superior. Obviamente, esto va en contra de exitismo que hoy vivimos, de los modelos que nos vende la televisión, de las soluciones instantáneas que nos ofrecen la publicidad y el marketing del siglo XXI. Tenemos una oportunidad para definir que final queremos vivir. Para hacerlo tenemos que conocer que camino tomar. La elección es obvia pero cotidiana. Dios espera que puedas cada día tomar su camino y aprender a vivirlo. Puede ser difícil pero definitivamente, tiene resultados divinos.
REFLEXIÓN — Es tu oportunidad.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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Escrito por:
Daniel Pérez Cliffe.
Fecha de publicación
11/11/2010 8:47 AM
Número de visitantes
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