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Somos Obreros y Guerreros - 3er. parte - Seamos Decididos

La oposición no es solo una evidencia de que Dios está bendiciendo, sino es también una oportunidad para que nosotros crezcamos. Las dificultades que aparecieron en el trabajo sacaron lo mejor de Nehemías y de su pueblo. Refiriéndose a Satanás, Pablo escribió: "pues no ignoramos sus maquinaciones" (2 Co. 2:11). Este capítulo presenta cuatro de las maquinaciones de Satanás para oponerse a la obra del Señor, y también nos dice cómo el pueblo de Dios puede mantenerse firme y derrotar al enemigo. Si usted empieza a edificar, pronto se verá batallando; así que ¡prepárese!
Los capítulos del 4 al 6 describen al menos nueve tácticas diferentes que el enemigo usó para tratar de parar el trabajo en los muros.

Maquinaciones intimidantes (Neh. 4:7-9)
Un enemigo común y una causa común llevó a que cuatro grupos diferentes se unieran para parar la restauración de los muros de Jerusalén. ¡La ciudad estaba ahora completamente rodeada de enemigos! Al norte estaba Sanbalat y los samaritanos; al este, Tobías y los amonitas; al sur, Gesem y los árabes; y al oeste los de Asdod. Esta última era quizá la ciudad filistea más importante de aquel tiempo, y los filisteos no querían ver una comunidad fuerte en Jerusalén. Los hijos de Dios tienen a veces dificultades para trabajar juntos, pero las gentes del mundo no tienen problemas en unirse para oponerse a la obra del señor (Sal. 2:1, 2; Hch. 4:23-30; Lc. 23:12). Cuando el enemigo vio que el trabajo progresaba, se enojaron y tramaron un plan de ataque secreto contra Jerusalén. Satanás odia a los judíos y usa una nación tras otra para intentar destruirlos (véase Sal. 85 y Ap. 12). Dios eligió a los judíos para ser el vehículo para dar al mundo el conocimiento del verdadero Dios, las Escrituras y el Salvador (Ro. 9:1-5). "La salvación viene de los judíos" (Jn. 4:22), y Satanás quería evitar que el Salvador viniera al mundo. Si podía destruir la nación, podría frustrar el plan de Dios. Nehemías sospechó que sus enemigos podían lanzar un ataque, de forma que montó una guardia y animó al pueblo a orar. Los obreros tenían a mano tanto las herramientas como las armas (Neh. 4:17) y estaban listos para luchar en cuanto se diera la señal. "Velar y orar" combina fe y obras y es un buen ejemplo para que nosotros lo sigamos en nuestro trabajo y en nuestra guerra (véase Mr. 13:33; 14:38; Ef. 6:18; Col. 4:2-24). La batalla cristiana no es contra carne y sangre, sino contra Satanás y sus fuerzas demoníacas  que usan carne y sangre para oponerse a la obra de Dios. Si tenemos la esperanza de ganar la guerra y acabar la obra, debemos entonces usar el equipo espiritual que Dios nos ha provisto (Ef. 6:10-18; 2 Co. 10:1-6). Si nos enfocamos solo en el enemígo visible y nos olvidamos del enemigo invisible, es seguro que empezaremos a confiar en nuestros propios recursos; y eso nos llevará a la derrota.
Continué aprendiendo sobre la vida de Nehemías, estudiando el curso Seamos Decididos, serie que encuentra en el Ciclo de Estudios de Libros de la Biblia.


Escrito por:   W. Wiersbe - Seamos Decididos: Nehemías    Fecha de publicación  9/23/2011 2:22 PM
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