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Una fe valiente - Segunda parte
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Dios condujo a los espías directamente a Rahab, pero aquí debemos hablar un poco sobre ella. La palabra hebrea traducida como "ramera" también puede significar "persona que atiende una posada". Si todo lo que tuviéramos fuera el texto del Antiguo Testamento, podríamos eximir de inmoralidad a Rahab llamándola "propietaria de una posada". Pero no hay escape, ya que en Santiago 2:25 y Hebreos 11:31, los escritores emplean la palabra griega que significa definitivamente "una prostituta". Es extraordinario cómo Dios, en su gracia, utiliza a personas de quienes nosotros jamás pensaríamos que pudieran ser sus servidoras. Pablo nos recuerda: "Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin que nadie se jacte en su presencia" (1 Co. 1:27-29). Jesús era "amigo de publicanos y de pecadores" (Le. 7:34), ¡Y Él no se avergonzó de tener en su árbol genealógico a una mujer que había sido una prostituta! Rahab puso su vida en peligro cuando albergó y escondió a los espías, pero esa fue en sí misma una prueba de su fe en el Señor. La verdadera fe para salvación no puede esconderse mucho tiempo. Puesto que estos dos hombres eran representantes del pueblo de Dios, ella no tuvo temor de colaborar en su causa. Si el rey se hubiera enterado del engaño, seguramente la habría matado por traidora. Rahab ya era creyente en ese momento,y debemos preguntarnos ¿cómo justificamos sus mentiras? Por una parte, ella demostró su fe en el Señor al arriesgar su vida para proteger a los espías; pero, por la otra, actuó como cualquier pagano de la ciudad cuando mintió acerca de sus huéspedes. Quizá esperamos demasiado de un nuevo creyente, cuyo conocimiento de Dios era suficiente para su salvación, aunque ciertamente limitado en lo tocante a cosas prácticas de la vida. Si creyentes de muchos años como Abraham e Isaac recurrieron al engaño (Gn. 12:10-20; 20; 26:6-11), y también lo hizo David (1 S. 21:2), mejor sería que no fuéramos demasiado duros con Rahab. Pero esto no constituye ninguna excusa o incentivo para mentir; simplemente nos invita a considerar las circunstancias en que ella se encontraba para que no la condenemos tan severamente. Mentir es malo (Pr. 12:22), y el hecho que Dios permitiera que las mentiras de Rahab quedaran registradas en las Escrituras no es ninguna prueba que Él las aprobara. Sin embargo, debemos confesar que la mayoría de nosotros vacilaría en decir la verdad si se tratara realmente de una cuestión de vida o muerte. Una cosa es que yo diga la verdad acerca de mí mismo y sufra por ello; pero, ¿acaso tengo yo el derecho de ocasionar la muerte de otros, especialmente de los que han llegado a mi casa en busca de protección? Muchas personas han sido condecoradas por haber engañado al enemigo en tiempos de guerra, salvando así vidas inocentes. ¡Y estos eran tiempos de guerra! Suponiendo que esto nos permitiera ver a Rahab como una "guerrillera por la causa de la libertad", ¿cambiaría el cuadro siquiera algo? Dejando a un lado las cuestiones éticas, la lección más importante aquí es que la fe de Rahab era evidente, y ella lo demostró al recibir a los espías y arriesgar su vida para protegerlos. Santiago vio sus acciones como prueba que era una creyente en verdad (Stg. 2:25). La fe de Rahab no fue una fe oculta; los espías pudieron decir que ella era, sin duda, una creyente que poseía ademas una fe valiente. Si usted desea aprender más sobre la vida de fe de Rahab, le invitamos a estudiar el libro de Josué. Estas lecciones las encuentra en la serie “Seamos Fuertes”, están disponibles en el ciclo de estudios de libros de la Biblia. Crezca, aprenda y desarrolle fe verdadera, en medio de un mundo verdadero. Inscríbase hoy y estudie totalmente Gratis en el Instituto Bíblico de BBN.
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Escrito por:
W. Wiersbe - Seamos Fuertes
Fecha de publicación
4/10/2012 4:23 PM
Número de visitantes
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