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Un día a la vez
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Los que rehúsan dejarse agobiar y anclarse en el pasado son los que persiguen los objetivos del futuro. Los que hacen esto rara vez son mezquinos. Están demasiado ocupados en lograr que se haga el trabajo como para ocuparse de las heridas y preocupaciones del ayer. . . . Conozco la naturaleza humana lo suficiente como para darme cuenta de que algunos excusan su amargura en heridas pasadas pensando: "Es demasiado tarde para cambiar. Me han hecho daño, y el mal que me han hecho es demasiado grande como para que jamás lo olvide." Pero cuando Dios nos extiende esperanza, cuando Dios hace promesas, cuando Dios dice: "Puede hacerse," no hay excepciones. Con cada nueva aurora se le entrega a su puerta un paquete nuevo y fresco llamado "hoy." Dios nos ha diseñado de tal manera que podemos manejar sólo un paquete a la vez. . . . Y Él suple toda la gracia que necesitamos para que vivamos ese día. Por eso Cristo nos dice: "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" (Mt. 6:31-34).
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Escrito por:
Charles R. Swindoll
Fecha de publicación
5/23/2012 9:03 AM
Número de visitantes
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