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Espere las Pruebas - Primer parte
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"Seamos tan vigilantes después de la victoria como antes de la batalla", escribió con razón Andrew Bonar. Es posible ganar la batalla y, con todo, no obtener la victoria, que es lo que hicieron los israelitas al salir del mar Rojo y empezar la marcha hacia el monte Sinaí (Éx. 15:22-16:3). Se olvidaron de que la vida es un peregrinaje durante el cual debernos aprender nuevas lecciones y pelear nuevas batallas. Una gran victoria no arregla todo para siempre; necesitarnos el desafío de nuevas experiencias que nos ayuden a madurar y glorificar a Dios. Sí, la vida es una escuela y el Señor sabe bien cuándo hacernos un examen. "¿Qué hemos de beber?" (Éx. 15:22-27). Lo primero en la mente de los israelitas no era el agradar a Dios sino" ¿Qué vamos a comer? " y" ¿Qué vamos a beber?". Según Jesucristo, estas preguntas revelan ansiedad en el corazón, ausencia de confianza y fe (MI. 6:21, 25-33), y esto puede llevar a toda clase de problemas. Un día en el desierto sin agua podía aguantarse, dos días resultaba dífícil, pero tres días eran ya insoportable, especialmente para los niños y los animales. Y luego quedaron desilusionados al encontrar aguas amargas, lo cual hizo que la situación empeorara todavía más. (La palabra "Mara" significa "amargas" y está relacionada con la palabra "mirra"). Pero Dios estaba probando a su pueblo, no porque no conociera sus corazones, sino porque ellos mismos no conocían sus propios corazones. Las personas a menudo dicen: "Yo conozco mi propio corazón", pero se olvidan que" engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jer. 17:9). El Señor nos prueba para estimular el crecimiento espiritual y sacar lo mejor de nosotros; pero el diablo nos tienta para sacar lo peor de nosotros y estimular la inmadurez espiritual. La actitud que adoptamos frente a nuestras dificultades determina la dirección en que va a ir la vida, porque mucho de cuanto en la vida encontramos y enfrentamos, dependerá de la actitud que adoptemos. Si confiamos en Dios y obedecemos Su Palabra, pasaremos la prueba, creceremos y aprovecharemos las oportunidades de los momentos difíciles. Pero si nos quejamos en incredulidad y desobedecemos al Señor, fallaremos en la prueba y permaneceremos en la inmadurez (Stg. 1:12-18; He. 12:1-11). El pueblo de Israel era experto en lo que se refiere a la murmuración y las quejas (Ex. 16:1-12; Nm. 14:2, 27-29; 16:41; 17:1-10; Dt. 1:27; Sal. 78:17ss; 106:14) Mientras que Dios los probaba, ellos le estaban tentando a El mediante su actitud y palabras. Tentar a Dios significa que adoptarnos deliberadamente una postura de desobediencia y le desafiamos a hacer algo al respecto. En más de una ocasión en su peregrinaje por el desierto, los israelitas provocaron el juicio de Dios mediante su actitud de obstinación y su persistencia en quejarse. Continué aprendiendo de la vida de Moisés e Israel en el desierto, estudiando la serie Seamos Libertados. Inscríbase hoy mismo y comience a estudiar el libro de Éxodo, totalmente gratis en el Instituto Bíblico de BBN.
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Escrito por:
W. Wiersbe - Seamos Libertados
Fecha de publicación
6/4/2012 4:25 PM
Número de visitantes
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