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El desaliento
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El desaliento ha perjudicado a un gran número de personas. Es probable que usted sea una de ellas y hoy está como en un callejón sin salida, con una vida destrozada, sin propósitos definidos. “No puedo más, renuncio, ya basta, esto no es para mí, que lo haga otro”, estas son palabras que a simple vista demuestran un estado de ánimo negativo. Ante las exigencias de Dios debemos enfrentarnos a ese enemigo llamado desaliento. Mi palabra de ánimo, pueden aparecer mil obstáculos en su camino, pero con la ayuda del Todopoderoso va a lograr sus metas. Hoy se le presentan muchas oportunidades, nuevos senderos se abrirán para usted, pero si permite que sus ojos se empañen de lágrimas todo el día, no podrá ver lo que necesita. La base del éxito está en poner nuestra confianza en el Omnipotente y saber que sólo él nos puede llevar al lugar exacto y en el tiempo correcto. Resulta muy difícil levantarse y enfrentar los gigantes que tratan de apagar nuestra fe cuando se ha perdido el valor y la confianza. El decaimiento nos hace ver como insuficientes y no existe el deseo de avanzar, nos catalogamos como incompetentes. Según lo que dice el libro de Números capítulo 13 versículos 1 y 2 los doce espías fueron enviados por Moisés a inspeccionar la Tierra Prometida, “Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.” Diez de ellos retornaron con un informe desmoralizador, “…No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”(Números 13: 31-33) Por su parte Josué y Caleb, no consideraron como oposición la presencia de los gigantes, ellos tenían plena confianza en la intervención de Dios, “Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.” (Números 14: 6-9) Ante ese gigante que trata de obstaculizar su vida, no se desanime, crea lo que dice la palabra de Dios: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10
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Escrito por:
Saturno Colmenares - Locutor de BBN
Fecha de publicación
8/23/2012 1:57 PM
Número de visitantes
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