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Alas como las Águilas
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”Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas” (Is. 40:31). La Escritura es un tesoro de infinito valor. El versículo contiene promesas admirables. Su dimensión es grande, pero, para hoy será suficiente tomar la segunda promesa: “levantarán alas como las águilas”. Dios dice que dará nuevas fuerzas para ello. De Él son y en Él están. Nosotros no las tenemos, por lo menos, no en la dimensión en que las necesitamos, pero Él es omnipotente. Además es fiel. No debo dudar ni por un momento. Cuando dice que dará nuevas fuerzas para que podamos levantar alas como las águilas, lo hará sin duda. ¿Has visto alguna vez el vuelo de un águila? Es algo impactante. Abandona las rocas altas de la montaña y se lanza al espacio. Apenas mueve las alas; con ellas extendidas planea sobre el aire y se levanta sobre el viento. Sube sin esfuerzo y alcanza tanta altura que es, vista desde tierra, como un pequeño punto. ¿Por qué promete Dios fuerzas que nos permita levantar alas como ellas? Sin duda quiere alentarnos y nos ordena ir a la escuela de las águilas para aprender la lección. El vuelo del águila sugiere cuatro cosas. Primeramente soledad. Cuando extiende las alas y remonta el vuelo está ella sola. Las dificultades y problemas quedan lejos. No hay peligro que la alcance. Así también, aislado de las contrariedades, puedo gozar ahora y siempre la bendición de la paz que Él me otorga y disfrutarla en la intimidad con Él. Nada ni nadie puede impedir, con las fuerzas de Dios, que goce de la admirable libertad que he alcanzado en Cristo, que en ella disfrute de la paz que sólo se siente en la intimidad personal. La segunda cosa que aprendo del vuelo del águila es la separación del mundo. Los enemigos están en la tierra, pero el águila está en el aire. Dios quiere lo mismo para mí. Que goce de la calma que necesita mi alma, de la paz que me es urgente en la vida. Que sepa que nada ni nadie impedirá esa admirable experiencia. El Señor fortalece mi vida para que pueda aislarme ahora de los problemas terrenales y sentirme seguro por Su gracia. La tercera cosa del vuelo del vuelo del águila sugiere acercamiento al sol. Las sombras están en el valle, las nieblas impiden ver el camino a los que transitan en la tierra, pero ella, levanta las alas y siente la caricia del sol que calienta su cuerpo. Oh, sí, esa es una gloriosa bendición; puedo levantar las alas de la fe y acercarme cuanto necesite al Sol de Justicia, que es mi Señor, para sentir Su compañía, experimentar el calor de su gracia y disfrutar de Su gloria que hace que las circunstancias adversas sean menos que nada para mí. Por último el vuelo del águila habla de visión. Desde su peñasco tiene poca perspectiva, pero a medida que sube la panorámica es más grande. Las aflicciones del mundo se ven de otra forma cuando las observamos desde la altura celestial. Son instrumentos que nos hacen sentir el eterno y excelente peso de la gloria que esperamos. Gracias, Señor por tu provisión. Renueva ahora mis fuerzas para que pueda levantarme del valle de sombra de muerte y disfrutar del calor de tu gracia y del poder de tu fortaleza. Ayúdame ahora a volar cada vez más cerca de ti.
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Escrito por:
Pastor Samuel Pérez Millos
Fecha de publicación
10/29/2012 1:49 PM
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