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Andar más lento
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Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para el Señor tu Dios; no hagas en él obra alguna… — Éxodo 20:9-10 Cuando al escritor Bruce Feiler le diagnosticaron cáncer óseo en la cadera, necesitó ayuda para caminar durante más de un año. Aprender a movilizarse con muletas le hizo valorar la importancia de andar más lentamente en la vida. Declaró: «La idea de desacelerar se convirtió en la lección más importante que aprendí por experiencia propia». Después que Dios liberó a su pueblo de Egipto, le dio un mandato que lo haría desacelerar y hacer una pausa para verlo a Él y al mundo. El cuarto mandamiento presentó un contraste dramático con la esclavitud que Faraón había impuesto a los israelitas, cuando no tenían ningún descanso durante su rutina de trabajo diario. Se estableció que el pueblo de Dios apartara un día por semana para recordar varias cosas importantes: la obra del Señor en la creación (Génesis 2:2), la liberación de la esclavitud en Egipto (Deuteronomio 5:12-15), la relación de Israel con Dios (6:4-6) y la necesidad de una renovación personal (Éxodo 31:12-18). No tenía que ser un día de ocio, sino de reconocimiento, adoración y descanso en Dios. A nosotros también se nos llama a desacelerar el paso, a renovarnos física, mental y emocionalmente, y a contemplar a Dios en su magnífica creación.
Comenzamos a vivir para Dios cuando descansamos en Él.
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Escrito por:
Editores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
9/4/2013 2:47 PM
Número de visitantes
5611
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