BBN Radio
Cómo Ir Al CieloRadioInstituto BíblicoChatRecursosIdiomasDonacionesContáctenos
Inscribirse|Acceso a los Cursos|Ayudas a sus Preguntas|BI Ayuda de Audio|Quienes somos|Herramientas|Testimonios|
Datos de ingreso
Entrada del estudiante
nombre del usuario:
Contraseña p/este sitio:


¿olvidó su contraseña?
¿olvidó su usuario?
No es un estudiante aún
Haga la diferencia

Leer: Ester 2:19; 3:15
Un solo misionero invierte toda su vida en un lugar remoto y toda una tribu es finalmente evangelizada. Un solo estadista se levanta por la verdad y una nación es salvada. Un solo ciudadano tesonero y valiente dice: “Estoy en contra de esta vileza” y una comunidad se levanta moralmente y cambia su dirección.
Así mismo, una sola mujer decidió que valía la pena romper el protocolo y decir lo que pensaba y un pueblo fue liberado.
Los judíos habían sido amenazados con el exterminio. El perverso Amán había influenciado al rey Asuero con sus promesas: “Gracias a mi plan, puedo poner dinero en tus arcas y limpiar al país de esa gente que se niega a inclinarse ante ti y a adorarte como rey.” Aunque esto complacía el orgullo del rey, el plan tenía todos los ingredientes de la peor clase de holocausto: “Los judíos no seguirán viviendo en este país. Nos libraremos de esta gente."
En caso de que usted se esté preguntando qué impacto tuvo esto en la comunidad, vuelva a la última frase que aparece en el capítulo 3: “La ciudad de Susa estaba consternada.” ¡Esa tenía que ser una declaración exageradamente modesta!
Mientras Amán y Asuero se divertían a sus anchas en el palacio, toda la gente iba de un lado a otro confusa y preocupada, especialmente los judíos. “¿Qué está sucediendo?”. “¿Por qué las autoridades ordenan esto?”. “¿Cuánto más van a empeorar las cosas?”.
¡Qué sentimientos de terror había en sus corazones, y que temor en sus mentes! “¿Cómo podremos salvarnos?”. “¿Cómo podremos enfrentar esto?”. Recuerde que era la ley de los medas y persas. Cuando en este tiempo se emitía un decreto, este era definitivo y nadie podía cambiar ese plan, ni siquiera el rey, mucho menos un judío. El desaliento degeneró rápidamente en desesperación.
Pero, en medio de todo esto, Dios no estaba durmiendo. En su soberano plan, Él había determinado que una persona marcaría la diferencia. Una persona se pondría en la brecha, y su nombre fue Ester.


Escrito por:   Pastor Samuel Pérez Millos    Fecha de publicación  1/8/2014 11:38 AM
Número de visitantes  4335


Login                                                                                           Herramientas bíblicas   Derechos de autor   Privacidad