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El Espíritu Santo y la Palabra
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La Persona del Espíritu Santo produce: a. Convicción. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” (Juan 16:8-11). (1) De pecado. No es el trabajo del Espíritu Santo convencer al mundo de asesinato, adulterio, etc; la ley del país hace eso. El Espíritu Santo convence al mundo de incredulidad: “De pecado, por cuanto no creen en mí; ” (Juan 16:9). Muchas veces tomamos la palabra “convencer” en el sentido de sentirse culpable; pero ese no es su significado aquí. El pecador ya ha sido hallado culpable de pecado - incredulidad — ya sea que lo sienta o no. Si, el pecador ya ha sido convicto, condenado, y espera ser sentenciado. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios...la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:18, 36c). El Gran Trono Blanco no será el lugar para determinar la culpabilidad del pecador, sino el lugar para sentenciarlo al grado de castigo que merece. (2) De Justicia. ¿De qué manera el Espíritu Convence al mundo de justicia? El Espíritu Santo no convence al mundo de justicia por la que este tiene, sino que convence al mundo apuntando a donde la justicia está: en Cristo: “Por cuanto voy al Padre” (Juan 16:10). (3) De juicio. Si el mundo rechaza a Cristo, nada le queda sino el juicio. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). La concepción del mundo respecto al juicio futuro es confusa. El hombre tiene una falsa idea tras otra. Pero más allá, estas creencias universales, aunque equivocadas, son prueba suficiente de cuando el hombre deba dar cuenta de sí mismo ante Dios. La Biblia es la única fuente segura del Juicio del Gran Trono Blanco. b. Regeneración. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Cor. 5:17). Ver también Juan 3:5. El hombre puede bajar la medida, pensando que puede llegar a ser hijo de Dios de otra manera, pero Dios no lo avala. El todavía requiere que debes nacer de nuevo. c. Refrenando la maldad en el mundo “ Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” (2 Tes. 2:7). La iniquidad total uno de estos días será encabezada por un solo hombre, el anticristo. Pero todavía hay una persona en el mundo que impide la manifestación completa del pecado; y esa persona es el Espíritu Santo. Durante la gran tribulación, cuando el anticristo sea revelado, el Espíritu Santo dará un paso al costado, quitando su mano que detenía la manifestación del hombre de pecado, permitiendo que él lleve al mundo a la más completa degradación. Estudie mucho más sobre la Doctrina del Espíritu Santo, estudiando este curso en el Instituto de BBN, lo encuentra en el Ciclo de Estudios Bíblicos Doctrinales. ¡Inscríbase hoy y comience a estudiar absolutamente gratis!
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Escrito por:
Dr. Mark G. Cambron.
Fecha de publicación
4/30/2014 12:43 PM
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