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A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS
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Leer: Hechos 16:16-40 - Filipenses 1:12 Pocas personas del primer siglo tuvieron una compresión tan profunda de la gracia de Dios como el apóstol Pablo. Después de haber sido rescatado de una vida de despiadada ferocidad como un rígido fariseo legalista, dio un giro a su vida, se arrepintió y se convirtió, por el poder Cristo, en una persona buena, sencilla y misericordiosa; comprensiva, perdonadora, accesible. Llegó al punto de estar dispuesto no sólo a ofrecer esperanza a los gentiles, sino también, vivir entre ellos, aunque por sus venas circulara la más pura sangre judía. No conozco a nadie que haya soportado, como Pablo, tantas aflicciones como buen soldado de Cristo; pero lo más admirable de él es esto: Nunca deja la más mínima insinuación de queja por haber estado encadenado a un corpulento soldado romano, o por la incomodidad que fue para él estar reducido a esos espacios tan estrechos. Él simplemente no se quejaba. Por la gracia de Dios, vivía por encima de todo eso. Repito, había aprendido el secreto del gozo. La gran tentación que tenemos es permitir que eso amargue nuestra existencia, que nos convierta en alguien que viva bajo una nube oscura, donde la fatalidad y el desaliento caractericen nuestra perspectiva de vida. La vida es difícil. Usted vive en una situación que se asemeja a un arresto domiciliario. Se siente encadenado a su pasado, incapaz de escapar de las circunstancias negativas. Tal vez ha vivido así por tanto tiempo que pensar negativamente se ha vuelto un hábito en usted, de manera que no puede imaginar la posibilidad de pensar de otra manera. Pero le tengo una noticia maravillosa. Hay esperanza más allá de sus circunstancias. Usted puede vivir por encima de ellas. Si un hombre llamado Pablo pudo vivir por encima de sus increíbles y angustiosas circunstancias, usted también puede hacerlo. Pero Cristo tiene que convertirse en el centro de su vida. Sólo Él puede enseñarle y darle el poder para vivir por encima de los rigores de la adversidad. Es posible que sus circunstancias externas no cambien, pero en lo más profundo de su ser se producirá un cambio. Cuando Cristo ocupa el primer lugar en sus pensamientos, se produce un cambio. Ese cambio será evidente para su pareja, sus hijos, sus amigos y sus compañeros de trabajo. En vez de verse como una víctima, usted comenzará a tener conciencia de una fortaleza que no es suya. ¿El resultado? Usted marcará una diferencia por la manera cómo responderá a las circunstancias que antes le derrotaban. Para las personas que están más cerca de usted, su gozo, a pesar de sus circunstancias, será algo verdaderamente heroico.
¡Aférrese a la esperanza! Concéntrese en Cristo, a pesar de las circunstancias.
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Escrito por:
Pastor Charles R. Swindoll
Fecha de publicación
6/19/2014 8:54 AM
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