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Qué dice la Biblia sobre el Gozo
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Cada año en el Instituto Bíblico dirijo una clase a través de la carta a los filipenses, la epístola de Pablo sobre el gozo. La primera vez que preparé mis conferencias para el curso, me sorprendieron las muchas referencias al gozo de la Biblia, la siguiente gracia en la lista de Pablo del fruto del Espíritu. ¿Qué aprendemos en la Biblia sobre el gozo, especialmente de las más de 70 referencias al gozo en el Nuevo Testamento? En primer lugar, vemos que el gozo es importante para Jesús. Durante la cena de la pascua que Él compartió con sus discípulos poco antes de su crucifixión, Jesús describió la relación especial que Él tendría con sus discípulos si ellos permanecían en Él y en su amor. Jesús terminó esta sección de su enseñanza con estas palabras: «Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido» ( Jn 15:11). Jesús quería que sus discípulos conociesen el gozo de la comunión con El, un gozo al máximo. También vemos que ese gozo genuino -que está enraizado en Cristo- es una expresión de santidad. El gozo es una señal segura de la presencia de Dios en nuestra vida. Expresado de manera diferente, nuestro gozo es «el gozo de Dios que pasa al cristiano», «un gozo cuyo fundamento es Dios». Aunque el gozo es esencial para la santidad, a menudo parece ausente en nuestra vida a pesar del hecho que como hijos de Dios, tenemos algunas razones magníficas para estar gozosos. Considere, por ejemplo, que debido a que nuestro gozo está arraigado en nuestro todo amantísimo e inmutable Dios, nuestro gozo es permanente. En Juan 16:22 Jesús dice «nadie os quitará vuestro gozo». Sin embargo, algo que nos puede quitar el gozo que Dios nos proporciona, es nuestro fracaso en andar en el Espíritu (Gá. 5:16). El Espíritu Santo hace que su fruto crezca en nuestra vida a medida que permanecemos en Cristo y andamos según su Espíritu en obediencia a sus caminos. Además, puesto que está arraigado en nuestro fiel y omnipresente Dios, nuestro gozo está siempre disponible. Se nos anima, por lo tanto, a «regocijaos en el Señor siempre» (Fil. 4:4; véase también 1 Ts. 5:16). Cualesquiera que sean las circunstancias de nuestra vida, tenemos acceso a la Fuente del gozo verdadero en todo momento que acudamos a Él. Estudie el gozo verdadero, que es una de las característica del Fruto de Espíritu, escuchando la serie el Jardín de la Gracia de Dios. Encuentra estas lecciones en el Ciclo de Estudios Bíblicos para Mujeres. Inscríbase y comience a estudiar completamente Gratis en el Instituto Bíblico de BBN.
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Escrito por:
Escrito por: E. George - El Jardín de la Gracia
Fecha de publicación
10/2/2015 11:31 AM
Número de visitantes
3691
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