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David: Un Corazón de Pastor
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David, estaba lejos de ser perfecto. De hecho, con frecuencia se le recuerda por sus notorias debilidades. Sin embargo fue usado por Dios a pesar de esas faltas, porque Él necesitaba un hombre con el corazón quebrantado para enseñarle a las futuras generaciones cómo ser consolados en medio del dolor. David fue usado por Dios, no a pesar de las debilidades, sino ¡por ellas! ¿Cómo podía Dios mostrar su gracia de mejor manera, que manifestando su poder en las vidas de aquellos que tienen las más profundas necesidades? Si sólo miráramos las áreas fuertes de David, no veríamos la gracia de Dios. ¿Qué clase de corazón tenía David que atrajo la atención del Todopoderoso? ¿Por qué David y no Eliab?
Un Corazón de Pastor Leamos cuidadosamente el siguiente comentario divino sobre el porqué David fue escogido: Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos (Sal. 78:70-72). ¡Sencillamente David fue promovido de un pastoreo a otro! Tomó lo que aprendió en los campos y lo aplicó al liderazgo. Estando en el desierto, David estuvo dispuesto a arriesgar su vida por uno de los corderos. Cuando explicó por qué debían darle el privilegio de luchar contra Goliat, le dijo a Saúl: ... Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba (1 S. 17:34-35). Con seguridad yo no habría herido un león o un oso, sólo para salvar una oveja. Pero David, por ocupar el último lugar en la familia, precisaba acumular una cadena de éxitos; necesitaba limpiar algún territorio que lo hiciera reconocido ante los ojos de su familia. Así que se hizo bueno en las responsabilidades que le asignaban, incluso antes de saber que le sería dado el alto honor del reinado. Debido a la fidelidad de David con los corderos, finalmente Dios le haría el pastor de muchos corderos (su pueblo) en Israel. David servía desinteresadamente y con "la integridad de su corazón". Eso significaba que se podía confiar en su honestidad, depender de él, y que estaba contento con las tareas que se le encomendaban. El guiaba a su rebaño con habilidad, y en la noche regresaba con el mismo número de ovejas que había recibido en la mañana. Mil años después aparecía otro pastor, nacido cerca de donde David había sido ungido. Por supuesto, entonces Belén sería conocida como la "Ciudad de David", el pueblo donde una virgen pasaría la noche, y daría a luz un hijo. Él era el Buen Pastor, y quien finalmente actuaría de manera voluntaria para poner su vida por las ovejas. ¡Parece que Dios se parcializa hacia los pastores! Sólo mire a su alrededor y pregunte cuántas personas están dispuestas a correr un riesgo por alguien más, o a sacrificarse por el bien de otros. ¿Cuántos de nosotros somos confiables, y estamos contentos de ser fieles aun cuando nadie nos esté mirando? ¿Cuántos estamos dispuestos a hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos? Si se podía confiar en David para cuidar las ovejas, Dios sabía que podía confiarle el cuidado de los hombres. La fidelidad apacentando, fue transferida al palacio.
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Escrito por:
E. Lutzer – Curso: Creciendo a través del Conflict
Fecha de publicación
11/8/2016 3:37 PM
Número de visitantes
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