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Esperar en Dios…algo esencial para el creyente
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“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá. Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”. (Salmo 27)
El clamor de David para que Dios le ayude no termina simplemente con un registro de su provisión milagrosa. Más bien, el compositor se compromete a hacer algo que no es común para las personas que están llenas de temor. David se compromete a quedarse tranquilo. Él elige esperar en el Señor. Lea el versículo 14 en voz alta: Espera en el Señor. Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el Señor! (Sal. 27: 14) Esta conclusión es muy apropiada pero totalmente inesperada. David se exhorta asimismo a esperar en Dios: - Él se da cuenta que la presión no se va ir súbitamente. - Él sabía que sus enemigos no se irían inmediatamente después de que se levantara de sus rodillas. - Él era lo suficientemente realista para saber que cualquier cosa que vale la pena tener, hay que esperarla. Así que en los últimos renglones de su canción, se dice asimismo que se tranquilice; que entre en el descanso de Dios y que deje de esforzarse por sus propios medios (Les después Hebreos 4: 9-11).
La fortaleza y el valor se desarrollan durante la prueba, no después. Esperar en Dios es algo esencial para el cristiano. El término, "esperar" viene del verbo hebreo, "kawah", y transmite la idea de buscar algo ansiosamente. Su significado original da la idea de estirar o torcer algo. Como sustantivo significa, "cuerda, línea o hilo". La definición literal se convirtió en una ilustración acerca de la tensión y la anticipación ansiosa. Isaías 40: 31 utiliza el mismo término: "Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas". Si usted está esperando que Dios obre esta semana, siga esperando. Durante esa espera, usted recibirá fortaleza y valor. Quiero sugerirle que analice los principios del Salmo 27 cada vez que usted se sienta tentado a tener miedo. No se paralice ni caiga en la ineficiencia. Sepárese del afán del temor. Mire cada circunstancia amenazadora como una oportunidad para desarrollar su fe, en vez de huir. ¿Cómo puede hacerlo? Siga el ejemplo de David. Primero: Recuerde las verdades de Dios. Segundo: Exprese sus necesidades abiertamente. Tercero: Espere. Permita que cualquier circunstancia temerosa se convierta en una oportunidad de Dios para fortalecerle.
Afirmando el alma Esperar en Dios es una disciplina espiritual que necesita cultivarse. Requiere paciencia y práctica. Piense en algo que usted no pueda arreglar; algo que esté más allá de su control y que le cause ansiedad. Cada vez que piense en ese asunto, recuerde la fidelidad de Dios, ríndale la situación a él y luego decida esperar en Dios. Hágalo tantas veces como sea necesario.
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Escrito por:
Pastor Charles R. Swindoll
Fecha de publicación
4/27/2017 11:46 AM
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