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Confiar en el Señor (Éx. 14:1-31)
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"Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras" (Sal. 103:7). Dios le decía al pueblo de Israel lo que quería que hicieran, pero a Moisés le decía por qué iba a hacerlo. "El secreto de Jehová es para los que le temen" (25:14). El liderazgo de Moisés por su obediencia fue un elemento clave en el éxito de Israel. Observemos la salida de Israel de Egipto y algunas circunstancias importantes que sucedieron: - La persecución egipcia (Éx. 14:1-9). El Faraón y sus funcionarios se dieron cuenta que al dejar que los esclavos hebreos escaparan, habían puesto en peligro, si no destruido, toda la economía de Egipto, de manera que lo lógico era perseguirlos y traerlos de vuelta. Ahora tenemos otra razón por la cual el Señor eligió esta ruta: los informes convencerían al Faraón que los hebreos estaban vagando en el desierto como ovejas perdidas y que, por lo tanto, era una operación fácil para su ejército perseguirlos y capturarlos. El Señor estaba atrayendo a los egipcios a su trampa. Lo que parecía una fácil victoria para Egipto resultó ser una deshonrosa derrota, y el Señor recibiría toda la gloria. El triunfaría una vez más sobre el Faraón y los dioses de Egipto. El rey egipcio se puso al frente de todos sus carros y soldados, montó en su carro real y persiguió a los hebreos. - El pánico de Israel (Ex. 14:10-12) En tanto que los israelitas mantuvieron sus ojos en la columna de fuego y siguieron al Señor, iban marchando por fe y el enemigo no pudo tocarlos. Pero cuando apartaron sus ojos del Señor, miraron hacia atrás y vieron que los egipcios estaban cada vez más cerca, se llenaron de temor y empezaron a quejarse. Estos versículos presentan el patrón de comportamiento de Israel durante su marcha de Egipto a Canaán. Entre tanto que todo funcionaba bien, obedecieron en general al Señor y a Moisés y fueron progresando. Pero si aparecía cualquier prueba o aflicción en sus caminos, empezaban inmediatamente a quejarse a Moisés y al Señor pidiendo regresar a Egipto. Sin embargo, antes de que critiquemos a los hebreos, quizá sea mejor que examinemos nuestros propios corazones. ¿Cuánta desilusión o aflicción es necesaria para sentirnos infelices con la voluntad del Señor, para dejar de creer y empezar a quejarnos? "Porque por fe andamos, no por vista" (2 Co. 5:7). Cuando usted olvida las promesas de Dios, empieza a imaginarse el peor de los escenarios. Los hebreos estaban seguros que ellos y sus hijos iban a morir en el desierto tan pronto como el ejército del Faraón lograra alcanzarlos. Los asustados israelitas le recordaron a Moisés que le habían dicho que los dejara en paz (Éx. 5:20-23), pero él persistía en desafiar al Faraón. Israel "Se encontraba ahora en un terrible apuro y Moisés era el culpable. La incredulidad encuentra la manera de borrar de nuestra memoria todas las demostraciones que hemos visto del gran poder de Dios y todos los ejemplos que conocemos de la fidelidad de Dios a su Palabra.
- El poder de Dios (Éx. 14:13-31). Moisés era un hombre de fe que sabía que el ejército de Faraón no representaba ninguna amenaza para Jehová. Le dio varias órdenes al pueblo, y la primera de ellas fue: "No temáis" (v. 13).4 A veces el temor nos moviliza y actuamos con rapidez para evitar el peligro, pero otras veces el temor nos paraliza y no sabemos qué hacer. Israel se sintió tentado a huir, de manera que Moisés les dio la segunda orden: "Estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy COn vosotros" (v. 13). Por fe habían salido de Egipto, y por fe debían ahora permanecer firmes y ver cómo Dios destruía los carros de guerra egipcios. Moisés no solo les dijo que permanecieran firmes, sino también que "[estuvieran] tranquilos" (v. 14). Cuán fácil hubiera sido echarse a llorar, quejarse y criticar a Moisés, pero ninguna de esas cosas les habría ayudado a salir de su apuro. La incredulidad lleva a la queja, pero la fe lleva a la obediencia y da la gloria al Señor. Dios nos dice: "Estad quietos y conoced que yo soy Dios" (Sal. 46:10). ¿Qué razón hay para quejarse cuando tenemos la maravillosa promesa: "Jehová peleará por vosotros"? (Ex. 14:14). Tiempo después en su peregrinación, el Señor ayudaría a Josué y al ejército israelita a luchar en sus batallas (17:8); pero en esta ocasión Dios derrotaría a los egipcios sin la ayuda de Israel. La siguiente orden vino de Dios a Moisés: "Di a los hijos de Israel que marchen" (v. 15). El hecho de que Israel estuviera frente al mar no era un problema para Dios. Él le dijo a Moisés exactamente lo que tenían que hacer. Cuando Moisés alzara su vara, las aguas se apartarían e Israel podría cruzar como si fuera tierra seca y escapar del ejército egipcio. A la señal de Moisés, las aguas entonces volverían a su situación normal y los soldados egipcios se ahogarían, y evitarían también que Israel regresara a Egipto. En los años que siguieron, cada vez que los hebreos expresaron deseo de regresar a Egipto, tuvieron que recordar que Dios había vuelto las aguas a su lugar y había cerrado la puerta. ¿Por qué Dios realizó esta serie de milagros para los israelitas? Ciertamente no se lo merecían por haber estado allá parados llorando y quejándose que Dios no sabía lo que estaba haciendo. Para empezar, Dios estaba cumpliendo su promesa de que liberaría a Israel y que los tomaría como su pueblo (3:7, 8). En los años venideros, los israelitas piadosos lo medirían todo por la demostración del gran poder de Dios en el éxodo. Pero Dios tenía otro propósito en mente: revelar una vez más su poder y gloria en la derrota del ejército egipcio. "Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová" (14:18).
Autor: W. Wiersbe - Curso: Seamos Fuertes - Estudie el libro de Éxodo Gratis la Biblia. Para inscribirse ingrese a: www.bbnbi.org - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse.
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Escrito por:
W. Wiersbe - Curso: Seamos Fuertes
Fecha de publicación
6/27/2017 4:55 PM
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