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Tres clases de corazón
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Aun cuando el afán diario de un corazón atribulado es algo tan común, con frecuencia pensamos que somos los únicos que estamos pasando por desánimo, ansiedad, duda, y decepción. Pero no es así. Mire a su alrededor. Tal como dije antes, un corazón atribulado late en cada pecho con numerosas clases de problemas. Salomón presenta al menos seis de ellos. Hablaremos de tres el día de hoy: - Un corazón engañoso: “Engaño hay en el corazón de los que traman el mal” (Proverbios 12:20). El término “engaño” describe a alguien que causa que otra persona actúe sobre la base de una idea falsa. Este engaño puede ser deliberado o simplemente el resultado de una persona insensata guiando a otra. Las personas que “traman el mal” pocas veces aceptan que son deshonestas o corruptas. Su engaño comienza convenciéndose a sí mismas que lo que hacen es algo bueno. Con frecuencia utilizan el argumento que el fin justifica los medios. Tenga cuidado con esa tendencia a racionalizar o justificar el mal comportamiento cuando las cosas se ponen difíciles, y manténgase alejado de aquellas personas que “tramen el mal”.
- Un corazón abatido: “La congoja abate el corazón del hombre, pero la buena palabra lo alegra” (Proverbios 12:25). La palabra de “congoja’ viene de un término hebreo que significa temor, pesadumbre y dolor. Describe el torbellino interno de una persona interno de una persona que se preocupa por algo que no puede cambiar. Note cómo la figura ilustra el peso de la congoja sobre el corazón del hombre. Ese abatimiento denota una gravedad externa. Anteriormente, hablamos de la forma en que el sabio consejo de un “consejero de paz” trae gozo a nuestras vidas. De manera similar, una palabra amable tiene la capacidad de quitar la ansiedad de los hombros de alguien en medio de una crisis seria. Las palabras de ánimo tal vez no puedan resolver el problema, pero ese alivio temporal ayuda al que está desanimado a seguir adelante.
- Un corazón dolorido: “Aún en la risa tendrá dolor el corazón y el final de la alegría es tristeza” (Proverbios 14:13). Existe un dicho que dice: “Algunas veces hay que reír para no llorar” A veces las pérdidas nos bajan de las nubes. Es allí cuando se necesita un gran esfuerzo para poder pasar el día. Al igual que el brillo de sol a través de las ramas de una densa floresta, la risa ofrece un breve respiro de esos largos días de dolor. Durante esos momentos, necesitamos que alguien nos recuerde que esa situación es pasajera.
Reflexión para hoy: Un corazón atribulado puede ser causado por algo crónico o como resultado de las circunstancias temporales. De las tres clases de corazones de las que hablamos hoy, ¿con cuál se identifica más? ¿Por qué? ¿Qué consejo le pediría a un querido amigo sabio durante este momento? ¿Qué porción de la Escritura puede aplicar a ese tipo de corazón?
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Escrito por:
Pastor C. Swindoll
Fecha de publicación
6/30/2017 4:00 PM
Número de visitantes
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