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Un requerimiento urgente
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"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano". 2 Timoteo 4:1-6 Pablo escribió con apremio: “Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos...Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza” (4:1, 2). En otras palabras, siga adelante con el plan de predicación que Dios ha prometido bendecir y utilizar. ¡Enseñe lo que dice la Biblia! ¡Sea un hombre o una mujer de la Palabra!
No intente ser tan creativo y encantador que la gente pierda de vista la verdad. No hay necesidad de substitutos vacíos y absurdos que entretienen, pero que rara vez producen convicción de pecado en el perdido y edificación en los que ya son salvos. Enseñe la verdad. ¿No nota algo aquí? La exhortación no está dirigida al oyente sino al predicador. Quien debe hacer esto es el que proclama el mensaje. Esté listo para hacerlo a tiempo y fuera de tiempo. Estar preparado implica estar preparado mental y espiritualmente.
Pablo está diciendo, en esencia: “No seas perezoso. Haz tu trabajo. No te pares y comiences a disculparte por no haber tenido suficiente tiempo para prepararte. Eso no es aceptable”. Y hazlo fielmente, cuando es cómodo y también cuando no lo es.
Lamentablemente hoy en día, en un número alarmante de iglesias se le están diciendo al pueblo de Dios lo que ellos quieren oír, no lo que necesitan oír. Están siendo alimentados con leche, no con alimento sólido. Un evangelio diluido puede atraer a mucha gente (por un tiempo), pero carece de impacto eterno. No he podido encontrar en las Escrituras ningún lugar donde Dios exprese la más mínima preocupación por atraer multitudes. Satisfacer el oído hormigueante y curioso de nuestro auditorio posmoderno es una pérdida de tiempo.
La tarea del ministro es comunicar la verdad. Sinceramente, eso es lo que yo pretendo seguir haciendo, por la gracia de Dios, hasta el día en que Él me llame al hogar celestial. Y creo que es cada vez mayor el número de creyentes que anhelan escuchar mensajes que los nutran, que estén basados en la Palabra de Dios, no en opiniones humanas.
El mundo necesita con urgencia más cristianos con el fervor y la fe de Pablo. ¿Será usted uno de ellos? ¿Responderá al requerimiento? Si es así, hoy es el mejor tiempo para comenzar.
Jesús dijo: “Id y haced discípulos a todas las naciones.., yo estoy con vosotros” (Mateo 28:19, 20). Ningún desafío es mayor que este, y ninguna promesa más alentadora. Créalo. Tenga confianza en que es así y por la gracia de Dios, ¡hágalo!
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Escrito por:
Pastor C. Swindoll
Fecha de publicación
8/16/2017 4:42 PM
Número de visitantes
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