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EL MATRIMONIO SEGÚN DIOS
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"Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne". —Génesis 2:24 La película La princesa prometida tiene una escena de una boda, en la cual el clérigo que la dirige, dice: «El matrimonio...es lo que hoy nos une». Aunque el uso de esa frase pretendía ser humorístico, él dijo una gran verdad. El matrimonio es, en efecto, un gran unificador. Es una institución solemne y respetable, creada por Dios mismo; y une a un hombre y a una mujer en una unidad asombrosa. A veces es bueno traer a la memoria el gran plan para el matrimonio que desarrollan las Escrituras. El matrimonio crea una nueva familia a partir de dos: Adán dijo: «Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne […]. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer» (Génesis 2:23-24). Brinda una manera pura de canalizar un deseo diseñado por Dios: «Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido» (1 Corintios 7:2). Constituye un equipo mutuamente servicial: «El corazón de su marido está en ella confiado […]. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida» (Proverbios 31:11-12). El matrimonio a la manera de Dios une a un hombre y a una mujer para honrarlo a Él y ayudar a la sociedad. Celebremos el matrimonio por la forma en que nos une en el nombre de Dios.
Dios creó al esposo y a la esposa para complementarse mutuamente.
¿Cuál es el propósito de Dios para el matrimonio? Dios tiene un propósito singular para el pacto matrimonial. La relación de casados nos da la maravillosa oportunidad de imitar la relación de Cristo con su esposa (la iglesia). De la misma forma en que Cristo se dio a sí mismo a la iglesia, usted y su cónyuge deben estar dispuestos a sacrificar sus deseos individuales por el bien del compromiso marital. - Compañerismo (Amós 3:3) Dios los unió a usted y a su cónyuge para ser compañeros toda la vida. El verdadero compañerismo crece dentro de la relación matrimonial cuando existe unidad emocional, espiritual y física. - Placer (Proverbios 5:18) La relación matrimonial y su cónyuge son regalos especiales de Dios para usted. El disfrute verdadero de la presencia de su compañero(a) surge del dominio propio y de un corazón de servicio. - Paternidad (Génesis 1:28) El primer mandamiento de Dios que se encuentra en las Escrituras es “creced y multiplicaos”. El anhelo de Dios es que la tierra se llene de descendientes piadosos. - Madurez (Romanos 8:29) En la relación matrimonial íntima, descubrimos las debilidades de nuestro cónyuge. ¡Y él también descubre las nuestras! Dios utiliza tanto nuestras debilidades como nuestras fortalezas para hacernos mejores y conformarnos a nosotros y a nuestros compañeros a la imagen de Jesucristo. “El que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová”.(Proverbios 18:22) Autor: Esperanza para el Corazón
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Escrito por:
Escritores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
5/13/2019 9:35 AM
Número de visitantes
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