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LA IMPORTANCIA DE DEPENDER Y VALORAR A OTROS
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"Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo". (Hechos 9:28-31) La paráfrasis de la Biblia, The Message (El Mensaje), de Eugene Peterson, resume hermosamente esta parte de la narración. “Las cosas se calmaron después de eso y la iglesia no tuvo problemas durante un tiempo. En toda la región —Judea, Samaria, Galilea— la iglesia crecía. Estaban impregnados por una profunda sensación de reverencia a Dios. El Espíritu Santo estaba con ellos, fortaleciéndolos. Y prosperaban maravillosamente.” Las iglesias no necesitaban a Saulo. En Tarso, él tuvo tiempo para aprender que él era quien las necesitaba a ellas. No era independiente. Había descubierto el valor de la dependencia. Lamentablemente, hay quienes nunca aprenden esto.
Este es un buen momento para hacer una pausa y dar un salto de 20 siglos hasta el día de hoy, y aprender a apreciar y aceptar el valor de las demás personas. Para eso:
- No trate de ser autosuficiente. Antes de ver a quienes le rodean como estorbos, dese cuenta de su valor.
- Recuerde que las personas tienen un rol estratégico en su supervivencia y en su éxito. Dios rara vez nos pide que volemos solos.
- Cuando Él nos impulsa a remontar las alturas, hay seguridad cuando otros se elevan junto con nosotros. - Dios ha dispuesto que su iglesia sea esa clase de red de apoyo para todos nosotros.
- Nadie puede manejar todas las presiones por mucho tiempo. ¡El compañerismo y la responsabilidad ante los demás son esenciales!
Es posible que usted esté resistiendo la idea de ser un miembro activo de una iglesia, o ser parte de un grupo pequeño de compañerismo en ella. Piensa que no necesita de nadie, y hasta ahora su plan ha funcionado bien. Pero no pasará mucho tiempo sin que los fuertes vientos de la adversidad le derriben, y necesitará que alguien le levante. No permita que un terco espíritu de independencia le robe el gozo de compartir con otros su vida, sus debilidades, sus fracasos y sus sueños. Usted y yo no somos indispensables. Usted y yo no somos irreemplazables. Dios sí es ambas cosas. Lo es su iglesia. Él está buscando vasos destrozados, corazones heridos y siervos humildes, incluso a quienes tienen un triste pasado con algunas cicatrices, y que han aprendido a no esconderlas ni negarlas, a personas que entienden y aprecian el valor de los demás. ¿Es usted ese tipo de persona?
"¡El compañerismo y la responsabilidad ante los demás son esenciales!
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Escrito por:
Pastor C. Swindoll
Fecha de publicación
8/13/2019 9:55 AM
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