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UN DÍA, DIOS ALIVIARÁ TODO DOLOR Y HERIDA
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"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos..."(Apocalipsis 21:4). Mi supervisor es fanático de un equipo de básquet universitario. Este año, ganaron el campeonato nacional, así que un compañero de trabajo le escribió, felicitándolo. ¡El único problema fue que mi jefe todavía no había podido ver el último partido! Este dijo que estaba frustrado, pero admitió que al menos, cuando lo vio, no se puso nervioso cuando el marcador era tan ajustado cerca del final. ¡Ya sabía quién había ganado! En realidad, nunca sabemos lo que sucederá mañana. Algunos días pueden parecer rutinarios y tediosos, mientras que otros están llenos de alegría. Incluso, durante largos períodos, la vida puede ser difícil y hasta extenuante.
Pero a pesar de los impredecibles vaivenes, podemos mantenernos firmemente posicionados en la paz de Dios, porque como en el caso de mi supervisor, sabemos cómo termina todo y quién «gana».
Apocalipsis revela ese final espectacular. Tras la derrota definitiva de la muerte y el mal (20:10, 14), Juan describe una hermosa escena de victoria (21:1-3), donde Dios hace su hogar con los suyos (v. 3) y enjuga «toda lágrima de los ojos de ellos» (v. 4).
En los días difíciles, podemos aferrarnos a esta promesa de que pasaremos la eternidad junto a nuestro Salvador. ¡Qué celebración gloriosa!
¿Cómo puede la esperanza del cielo alentarte y fortalecerte en las dificultades?
Un día, Dios aliviará todo dolor, sanará toda herida y enjugará toda lágrima.
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Escrito por:
Escritores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
9/9/2019 3:55 PM
Número de visitantes
2565
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