El Crecimiento Espiritual.
Crecer en Dios significa desear conocer más su persona y Palabra, pero también anhelar e invertir tiempo en aprender de su carácter, de sus propósitos, de sus planes y sobre todo desear saber cómo aplicarlos a nuestra vida. Implica un sentido de urgencia y tener la necesaria sensibilidad a la hora de aprender para practicar con diligencia.
El Apóstol Pablo dijo: “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1Co.3:7). Además como creyentes necesitamos tener una actitud de:
- Consagración: Una entrega diaria demostrando que nuestra relación con el Señor debe estar por encima de las demás cosas de nuestra vida (Mt. 6:33).
- Cuidado: Un atento cuidado a la devoción y diligente atención a todo aquello que Dios dice. Esto nos llevará a un andar más íntimo con Él (Pr. 2:1-6:). Un esfuerzo sistemático, ordenado y sostenido lleva a una firme comunión con Dios.
- Constancia: No debemos estar satisfechos con el conocimiento que hemos adquirido o con la actual profundidad de nuestra relación con el Señor. Aprender más acerca de Él debe ser una perseverante búsqueda. (Sal.1:2- 63:1).
- Confianza : Sabemos con seguridad que Dios recompensa a los creyentes que le buscan, podemos tener la confianza que cuando nos acercamos El se acerca a nosotros. (Stg.4:8) Lo podemos hacer a través de la oración, la meditación y estudio de la Biblia.
- Coherencia: Recordando que Nuestro Dios es Creador, Sustentador, Todopoderoso y que no somos dignos acercarnos a El, pero por Cristo lo podemos hacer humildemente. Tenemos que reconocer también que dependemos de Dios para todo y que no podemos hacer nada aparte de Él (Juan 15:5).
Decida crecer, aprovechando el tiempo y las oportunidades que Dios como Padre le brinda. Redima su vida buscando diariamente al Señor e instrúyase con los cursos que le ofrece a través de la Internet el Instituto de BBN.
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