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¡Ellos querían seguir a Jesús, desean ser sus discípulos!

"Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron". Mateo 4:22

Pedro y los demás estaban trabajando, no era un trabajo liviano, pero estaban acostumbrados. Tenían una empresa pesquera. Para su época era una pequeña y mediana empresa de importancia. Tenían varias barcas y personal trabajando para ellos. Tenían una vida tranquila y segura. Trabajo y comida todos los días, estabilidad, prosperidad. Tenían un buen pasar, no hacía falta cambiar, estaban bien.
Pero estos hombres de Palestina habían estado escuchando a Juan el Bautista hablar del Mesías que iba a venir. Y sus corazones se encendieron, finalmente la Promesa de Dios se iba a cumplir, después de tantos años de silencio divino, el Mesías iba a aparecer. De repente su rutina cambió, escucharon las noticias, porque  finalmente, el Mesías apareció, Juan lo señaló el día de su bautismo.
Cada uno tendría su imagen del Mesías. Algunos pensaban que era alto, musculoso, enérgico, seguro, firme. Por eso cuando lo vieron, tal vez se desencantaron, Jesucristo no parecía alguien muy especial. Era como los demás, no había nada espectacular en Él. Sin embargo, Cristo atraía a las personas, no por su figura física, sino por su Esencia. El Señor Jesucristo era firme pero suave, justo pero amoroso, santo pero comprendía al pecador, poderoso pero atento, y cada palabra suya era una delicia. Al poco tiempo de comenzar su ministerio público, pasa por al lado de las barcas y los llama. Los convoca a seguirlo, sin fecha de retorno, sin seguro de vida, sin obra social, sin cuentas bancarias, sin programa turístico, sin reservas de hoteles, sin calendario evangelístico, Cristo simplemente los llamó para que lo acompañaran y siguieran. Y estos hombres simples, de vidas rutinarias y seguras, dejándolo todo, lo siguieron. No se tardaron en responder, lo hicieron instantáneamente, no lo pensaron demasiado. Estaban convencidos de aquello que querían hacer y lo hicieron. Ellos querían seguir a Jesús, desean  ser sus discípulos.
Un día aparece Jesucristo y dejan todo ¿por qué? Seguramente, porque estos pescadores sin estudios encontraron que Cristo es más que una religión, encontraron que ser discípulo de Jesucristo es más que cumplir con normas y ritos del culto,  que Cristo es más que tratar de esforzarse en ser mejores y cumplir con todas las normas establecidas por hombres. Ellos descubrieron a la gloriosa persona de Jesucristo, descubrieron una maravillosa relación con alguien que es más que un amigo, descubrieron a Dios hecho hombre, encontraron a su Salvador personal y Maestro. Por eso y mucho más estuvieron dispuestos a dejarlo todo por seguirlo. Tenían admiración por Jesús, porque Él deslumbra.

REFLEXIÓN - Vos hoy, ¿Lo seguirías? ¿Lo estás siguiendo? ¿Eres un discípulo?


Escrito por:   Daniel Pérez Cliffe -Devocional PC.    Fecha de publicación  5/14/2008 10:02 AM
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