"Hubo en Judá una época de hambre. Entonces un hombre de Belén de Judá emigró a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos." Ruth 1:1

Es conocida la historia de Noemí. Había hambre en su ciudad, y escucharon que en Moab había comida. Así que toda la familia emigró buscando algo mejor. Moab era un pueblo que había nacido de una relación incestuosa entre Lot y su hija. Moab significa "prostitución". Dios había prohibido que los hijos de Israel se casen con los de Moab. Pero como tuvieron hambre, fueron igual. Fueron a calmar su hambre en un lugar donde Dios había dicho que no habría bendición. Al tiempo, el padre de familia muere y los hijos se casan con dos chicas del lugar. Ya no era sólo hambre, era desobediencia literal. Al tiempo, los dos hijos de Noemí, también mueren. Para Noemí, Moab era el lugar donde mueren los jóvenes.
Hoy muchos cristianos tienen hambre. Hambre de nuevas experiencias, hambre de más fuego espiritual, hambre de renovación, hambre de cambio, hambre de algo diferente. Se cansan de sus iglesias, de sus amigos, de sus principios, de su educación, de su vida y buscan algo diferente. Algunos cambian de iglesia, luego, otros cambian de vida. Quieren calmar su hambre buscando en Moab y prueban con la droga, el sexo fuera del matrimonio, la rebeldía, lugares bailables nocturnos, la vida descontrolada, el cigarrillo, la pornografía, o aquello que Moab ofrezca y tengan ganas de consumir. Se olvidan que Dios recomienda alejarse de todo eso, se olvidan que en Moab es donde los jóvenes se mueren. Algunos se dan cuenta tarde, cuando tienen la vida gastada y llena de consecuencias de sus malas decisiones. Otros son como Orfa, que significa "testaruda", siguen en Moab buscando calmar el hambre que jamás van a lograr saciar. Se engañan buscando ilusiones, que son sólo espejismos que no dan nada.
Hoy Dios te invita a su banquete. Jesús es el Pan de Vida, quien puede saciar completamente toda tu vida y dejarte satisfecho. Más allá de las normas de la iglesia, de tus códigos de conducta, de las leyes y de los cultos, Dios nos desafía a reencontrarnos con Jesucristo, el Autor de la Vida. A dejarnos conducir por la perfección de sus Palabras, por la permanencia de su Amor, por la calidez de su Consuelo, por la plenitud de su Gracia.

REFLEXIÓN - Sacia tu hambre, sólo en Jesús.