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¡Dios es mi sol y mi escudo!
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"El Señor es sol y
escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su
bondad a los que se conducen sin tacha."Salmo 84:11
Fue noticia hace poco
que la zona devastada por el ciclón
Nargis en Myanmar que dejó un saldo de más de 100.000 muertos. No hubo refugio para
este pueblo, todo quedó desvastado. Cientos de miles de hogares destruidos,
saqueos por el hambre y posibles infecciones y contagios son las secuelas
de este cataclismo. No hubo protección, todo lo contrario. Seguramente los
habitantes de Myanmar desearon en ese momento un lugar donde poder esconderse,
un refugio seguro que los librará de la
ira del ciclón, pero no lo encontraron.
Tal vez hoy estás pasando por alguna tormenta. Quizás no estés mojado por la lluvia, ni despeinado por el viento. Incluso, puede
ser que quienes te vean por la
calle, ni se den cuenta de tu dolor o de tu angustia. Pero tienes una tormenta
en tu alma, que golpea las bases de
tu vida y te desestabiliza. ¡Cada uno tiene su propio ciclón!
No se llamará Nargis, pero puede ser
una enfermedad, la soledad, la falta de trabajo, algún fracaso, el desprecio, un
problema familiar, una crisis en la
iglesia, un dolor que no cesa, la
incomprensión de alguien, la
inseguridad, un asalto, un golpe, la
traición de un amigo, o el nombre que tenga.
Tal vez tu ciclón te está golpeando con dureza y te duele. El salmista conocía
aquello que estás sintiendo, él también había sido atormentado por problemas. En
medio de sus grandes dificultades, pudo exclamar
con plena confianza: “Dios es mi sol y mi escudo”. El escritor del salmo sabía
que Dios le concedía en su Gracia su
cuidado, y le daba generosamente de su Bondad.
Es raro escuchar a alguien decir que cuando está sufriendo, que se siente
honrado y glorificado. En realidad, nosotros nos sentimos despreciados y
abandonados. Pero el salmista que había confiado en Dios, sabía que la Bondad del Señor no depende de las circunstancias que nos tocan padecer. Sabía que la protección y el cuidado de Dios, es nuestro
siempre. Y esa es nuestra honra, saber que Dios escogió velar por nosotros, cuidarnos con su amor especial.
Eso te dignifica y te da fuerzas para superar cualquier tormenta. Dios te honra
al haberte elegido para cuidarte. No estás solo, Dios es tu gloria y también tu
Padre.
REFLEXIÓN - Dios es tu protección para tu ciclón personal.
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Escrito por:
Daniel Pérez Cliffe.
Fecha de publicación
6/10/2008 4:29 PM
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