BBN Radio
Cómo Ir Al CieloRadioInstituto BíblicoChatRecursosIdiomasDonacionesContáctenos
Inscribirse|Acceso a los Cursos|Ayudas a sus Preguntas|BI Ayuda de Audio|Quienes somos|Herramientas|Testimonios|
Datos de ingreso
Entrada del estudiante
nombre del usuario:
Contraseña p/este sitio:


¿olvidó su contraseña?
¿olvidó su usuario?
No es un estudiante aún
El lavamiento de los pies y las enseñanzas de Cristo.

Cristo, después del sermón profético, entra a las enseñanzas de la última cena. Se ha reunido con los discípulos para tomar por última vez la Pascua con ellos. Hay en estos pasajes un enorme caudal de enseñanzas del Señor Jesús. En medio de esto, Cristo hizo algo sorprendente, está en el capítulo 13 de Juan, el Señor lavó los pies. El lavamiento de los pies no es simplemente un acto de humildad, ni de cariño, que lo son sin duda. Cristo dice en Juan 13,15: "porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis.“ El entorno de ese capítulo es impresionante, había y hay algunos discípulos que tienen el cuerpo limpio pero los pies sucios. Y Jesús dice a Pedro en Juan 13,8: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo.“ Aquello que está enseñando Jesús es que si no lava los pies no tienen comunión con Él. Pedro es así, nunca hay grises en la vida de Pedro. Pero el Señor le dice en Juan 13:10 "…El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.“ Los pies en la Biblia son siempre ejemplo de testimonio. Cuando vamos por el camino del mundo nos ensuciamos, recordemos que la iglesia camina y es peregrina en el mundo. La belleza de los pies del creyente obedece especialmente al hecho que estamos con calzado. Cuando andamos sin calzado por la calle, los pies se nos ponen callosos y no son tan bellos.  Debido al contacto con el mundo, la suciedad del mundo se pega a los pies del creyente, y éste necesita ser lavado, limpio para tener plena comunión con Cristo. Y Él en esa ocasión da un ejemplo impresionante de aquello que nosotros tenemos que hacer, si realmente somos creyentes en relación con nuestros hermanos, especialmente con aquel hermano que descubrimos que tiene una falta espiritual en su vida.
Cristo hizo varias cosas ahí, en primer lugar, dice el texto bíblico, en el versículo 4: "se levantó de la cena, se quitó su manto “, el Señor se quitó el manto. No podemos acudir a restaurar a nuestro hermano desde la grandeza de nuestra posición, sino desde la condición de un esclavo. Debemos buscar, ayudar, alentar, restaurar a nuestros hermanos, amándolos y sirviéndolos.
En segundo lugar el versículo 5 dice: "Luego puso agua en una vasija“  Cristo tomó la porción de agua necesaria para lavar los pies. El agua es símbolo, figura de la Palabra. Cuando vayamos a restaurar a un hermano, colguemos nuestros conceptos en la percha de nuestra casa, y llevemos al hermano sólo y exclusivamente la Palabra de Dios, pero con amor. Llevémosle sólo la Palabra para que ella realice el efecto de limpieza espiritual. Después, Jesús se ciñó una toalla, dispuesto a servir. Y cuando aplicó el agua los enjugó y con la toalla acarició aquellos pies. Cuando vamos a restaurar a un hermano que ha cometido una falta debemos tener cuidado, porque si le tiramos encima un balde de agua bíblico y lo dejamos así, ese hermano se va a enfriar. Tal vez conocemos a algunos que no han vuelto más a la Iglesia, porque han sido golpeados y no disciplinados por el pueblo de Dios. Jesús dice, ve y acaricia esos pies.
Por último y en tercer lugar, Jesús enseñó algo muy grande para poder restaurar a un hermano. Jesús lavó los pies de los discípulos arrodillado. No se puede lavar los pies cuando uno está de pie. Jesús se puso de rodillas. Cuando vayamos a hacer un ministerio de restauración, tenemos que ponernos de rodillas. Y antes de hablar a ese hermano de Cristo, hablemos mucho más tiempo a Cristo de ese hermano.
Hoy hay muchos que luchan abiertamente por mantener no la doctrina sino el sistema y por esa razón muchos jóvenes se están marchando de nuestras Iglesias y muchos adolescentes viven angustiados y muchas mujeres lloran y el pueblo de Dios gime por santos que no han entendido el ministerio de Gracia del Señor Jesucristo.
Si usted desea aprender más le motivamos a estudiar la Doctrina de Cristo que encuentra en el Ciclo de Estudios Bíblicos Doctrinales.

Escrito por:   Samuel Pérez Millos.    Fecha de publicación  1/27/2010 10:14 AM
Número de visitantes  60472


Login                                                                                           Herramientas bíblicas   Derechos de autor   Privacidad