Todas las personas tienen conflictos o problemas. El aumento de problemas personales y una creciente desilusión por no resolverlos, han dado paso al intento de buscar nuevas vías de solución. La amargura, la culpabilidad, la preocupación, el resentimiento, el mal genio, el egoísmo, la envidia, la lascivia, el orgullo y otros factores como la mala administración del dinero, la diferencia de culturas y la falta de información generan conflictos de todo tipo que causan mucho daño, destrucción y división.  Para todos esos conflictos la Palabra de Dios tiene respuesta y dirección, que nos proporciona el Espíritu Santo para encontrar soluciones para la vida cristiana.
En la actualidad los creyentes necesitamos volver a Dios y a su Palabra para encontrar principios que desarrollen un método bíblico para aconsejar y que afirme la autoridad de la Escritura y la necesidad y suficiencia de Cristo.
Debemos  también desarrollar un método sólidamente bíblico para ayudar a nuestros hermanos en Cristo, un método que tenga en cuenta los avances y el engaño de la psicología, que tenga el equilibrio del amor y verdad  para enfrentar con todo realismo, paciencia y en toda profundidad los problemas de las personas que asisten a la iglesia. El éxito en el aconsejamiento y la importancia de la solución de los conflictos, ayudará a los creyentes a disfrutar la vida abundante que tenemos en Cristo.
En el curso “Como Resolver Conflictos” el profesor nos enseña como enfrentar problemas y como descubrir principios bíblicos para salir de los mismos. Ahora le menciono algunos consejos para Como Resolver Conflictos:
1. El conflicto no es nada más que un problema mal administrado.
2. El conflicto ocurre cuando usamos pautas defectuosas de comunicación.
3. La interrupción en la comunicación es una falta de respeto, comunicamos que no estamos escuchando y que la otra persona no tiene valor.
4. Para resolver un conflicto debemos reconocer emocional e intelectualmente que existe un problema. Para resolver un conflicto hay que admitir la existencia del problema, definirlo y aclarar las palabras que se han usado.
5. Nunca la culpa dentro del conflicto es de una persona solamente, para que haya un conflicto deben haber dos personas.
En el conflicto echarse la culpa o cargarse con la culpa, no favorece a la solución, al contrario la persona que hace eso se entierra en el disgusto o en el enojo, explota o ataca a otros y se corta la comunicación.
Cuando en la discusión se levanta una defensa ya no queda más solución, porque no hay más comunicación y no hay resolución del conflicto. Culparse de todo es un método utilizado para evitar la responsabilidad de confrontar el problema esto da horrendos, amargos resultados. Como no se resolvió, el conflicto regresa.
Le animamos a estudiar o escuchar este curso, disponible en el Ciclo de Estudios de Vida y Hogar Cristiano.