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¡Peligros en el Paraíso! Primera Parte

Si Génesis 3 no estuviera en la Biblia, no tendríamos una Biblia como la que conocemos. ¿Por qué? Porque el resto de las Escrituras documentan las tristes consecuencias del pecado de Adán y explican lo que Dios en su gracia ha hecho para rescatarnos.
Al captar las verdades básicas de este importante capítulo, se puede entender mejor lo que Pablo discute en Romanos 5, lo que enseña en Primera Timoteo 2:8-15 sobre hombres y mujeres en la iglesia, y lo que explica en Primera Corintios 15 acerca de la resurrección futura.
La desobediencia de Adán introdujo el pecado en la raza humana; pero la Biblia no nos da ninguna explicación de la existencia de Satanás y del mal antes de la caída del hombre. Lo que se registra en Génesis 3 no es un mito. Si la caída del hombre no ocurrió realmente, entonces la fe cristiana se basa en una fábula, no en un hecho concreto, y el sufrimiento de Jesucristo en la cruz fue innecesario. Desde Génesis 3 hasta Apocalipsis 21, la Biblia hace un registro del conflicto entre Dios y Satanás, el pecado y la justicia, e invita a los pecadores a que se arrepientan y confíen en Dios.

El enemigo (Gn. 3:1a)
Satanás ha sido caricaturizado tanto por escritores, artistas, actores y comediantes, que la mayoría de gente no cree que el diablo existe realmente; o si creen que existe, no lo toman muy en serio. Por ejemplo, el novelista inglés Samuel Butler escribió,  «Debe recordarse que en este caso hemos escuchado apenas un lado de la historia. Dios es quien ha escrito todos libros». Y Mark Twain escribió, « Puede ser que a Satanás no le rindamos reverencia, porque eso sería indiscreto, pero podemos al menos respetar sus talentos». Un popular comediante de la televisión siempre hacía reír a la gente cuando decía, «¡El diablo me obligó a hacerlo!».
Aunque no entendemos mucho acerca de su origen, sabemos que Satanás es real, Satanás es un enemigo, y Satanás es peligroso. Aquí en Génesis 3, Satanás se compara con una serpiente, una imagen que se reitera en Segunda Corintios 11:3. En Apocalipsis 12 se le llama dragón; y ambos nombres se combinan en 20:2. Pero Satanás nos es tan sólo una serpiente engañosa, también es un león rugiente que devora (1 P. 5:8). Entre sus nombres tenemos «Abadón» y «Apolión» que significan « destructor » (Ap. 9:11), «Satanás» que significa «adversario» y «diablo» que significa « calumniador» . En Juan 8:44, Jesús llamó a Satanás homicida y «padre de mentira ». También lo llamó «el malo» (Mt. 13:19) y «el príncipe de este mundo» (Jn. 12:31). Pablo y Juan también lo llamaron «el maligno» (1 Jn. 3:12; 2 Ts. 3:3) y Pablo dijo que Satanás era «el dios de este siglo» (2 Co. 4:4), el jefe de la corriente de este mundo (Ef.2:2) y el líder de fuerzas demoníacas de maldad (Ef. 6:10-12).
En pocas palabras, Satanás no es ni juego infantil ni «pan comido» y el pueblo de Dios debe cuidar de no darle lugar en sus vidas (Ef. 4:27). Por eso es que estamos estudiando la Palabra de Dios y procurando entender la estrategia y las maquinaciones de Satanás (2 Co. 2:11).
Si usted desea estudiar completamente Genesis 3, le invitamos a hacerlo estudiando la serie Seamos Básicos, estudios bíblicos de Génesis 1 al 11. Está serie la encuentra en el ciclo de Estudios de Libros de la Biblia.


Escrito por:   Warren Wiersbe.    Fecha de publicación  4/9/2010 4:35 PM
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