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¿Fracasado y con ganas de tirar la toalla?
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"Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada, le contestó Simón. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes." Lucas 5:5 (NVI)
Eran hombres acostumbrados al oficio. Durante generaciones se fue trasmitiendo la tradición oral de cómo pescar en el mar de Galilea. Hombres duros que jamás habían ido a una escuela enseñaban a la perfección el arte de encontrar el cardumen. La comunidad dependía de ello. Si no había pesca, no había comida. Y sin comida, había hambre. Además era su trabajo, y por la pesca obtenían sus ingresos. Todos sabían muy bien lo bueno que era una pesca grande y lo angustiante y terrible de no pescar nada. Jesucristo pasaba por la orilla y vio que los hombres regresaban fracasados, con la cabeza gacha y sin esperanza. Se habían esforzado toda la noche. Habían buscado el cardumen, pero no había resultado. Esa noche no habían pescado nada. El tren ya había pasado. Cuando salía el sol y el agua se calentaba en la superficie los peces buscaban la frescura del fondo del lago, y se volvían invisibles. Ese día no había nada en la red, y eso era muy malo. Cuando llegaron a la orilla mojados y cabizbajos les dijo: Echen la red a la derecha. Les resultó un pedido fuera de lugar. Este hombre no tenía pinta de pescador, parecía más un carpintero. ¿Se creía con la autoridad para decirles a experimentados pescadores que tenían que hacer? ¿No era desubicado mandarlos de vuelta a pescar cuando estaban mascullando su enojo por el fracaso que habían tenido? El planteo enojado de Pedro hubiera sido también el mío. Estuve trabajando muy duro toda la noche y no había nada. Estoy cansado y sin dormir, me pesa la frustración. NO es momento para insistir. Yo se que no hay ningún pez allí. No tengo ganas de probar de nuevo. Pero había algo en la mirada del Maestro, que hizo que Pedro cambie de intención. Juntaron las redes, remaron nuevamente y a desgano tiraron las redes una vez más. La única diferencia fue que esta vez lo hicieron por que Jesús lo mandaba. Y el resultado fue maravillosamente exitoso. ¿Estás como los discípulos hoy: fracasado y con ganas de tirar la toalla? Jesucristo vuelve a decirte: Vuelve a tirar la red, pero ahora en mi nombre. El efecto fue que dejaron la fortuna en la playa y le siguieron.
REFLEXIÓN — Hay poder en la orden de Dios.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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Escrito por:
Daniel Pérez Cliffe.
Fecha de publicación
2/16/2011 9:36 AM
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