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Curso: Liderazgo Espiritual
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... El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Marcos 10:43, 44
La distinción en el Liderazgo: No hay duda de que los cristianos deben resistir cierta clase de ambición y quitarla de sus vidas. Pero también debemos reconocer que hay otras ambiciones que son nobles, dignas y honorables (1Ti. 3:1). Para que nuestra ambición sea eficaz en el servicio a Dios debemos lograr el máximo potencial de la vida, para la Gloria de Dios y con nuestras vidas llevar fruto. Pero Jesús enseñó que la ambición que se centra en el ego es mala. Las dificultades en el Liderazgo: Debemos reconocer que las recompensas por el trabajo de dirigir la obra de la iglesia eran dificultades, desdén y rechazo. El líder es el primero en atraer el fuego en la persecución, el primero en sufrir en la línea de combate (2Ti. 3:12). En las circunstancias peligrosas que prevalecían durante el primer siglo, aun los cristianos intrépidos necesitaban aliento e incentivo para dirigir. Por lo tanto, Pablo llama al liderazgo una "ambición honorable”. Los dividendos en el Liderazgo: Pablo nos insta al trabajo de dirigir la iglesia, la obra más importante del mundo. Cuando nuestros motivos son los correctos, este trabajo produce dividendos eternos, los cuales son personas redimidas y la Palabra de Dios es exaltada (1Ts. 2:19 - Mt. 24:35) El desarrollo del Liderazgo: Todos los cristianos son llamados a desarrollar los talentos que Dios les ha dado, a sacar el máximo provecho de sus vidas, a desarrollar al máximo los talentos y capacidades que Dios les ha dado (Ef. 4:11). Pero no todos somos llamados a ser líderes.
La palabra ambición viene de una palabra latina que quiere decir «hacer campaña para la promoción». La frase sugiere una variedad de factores: visibilidad y aprobación social, popularidad, reconocimiento de parte de los congéneres y el ejercicio de la autoridad sobre otras personas. El verdadero líder espiritual jamás hará «campaña para la promoción» . A sus discípulos «ambiciosos» Jesús les anunció una nueva norma de grandeza: «Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos» (Mr. 10:42-44). El verdadero servicio jamás viene sin costo. A menudo viene con un doloroso bautismo de sufrimiento. « Que se establezca de una vez por todas que la ambición de un hombre debe ser la de encajar en el plan que Dios tiene para él”, escribió S.D.Gordon en uno de sus devocionales más conocidos. El gran líder, Conde Nikolaus van Zinzendorf (1700-1760) fue tentado por la jerarquía y las riquezas; efectivamente, es más famoso por el título de honor que aquí se menciona. Pero su actitud hacia la ambición se resume en una, simple afirmación: « Tengo sólo una pasión: y es El, sólo El.» Zinzendorf abandonó el egoísmo para ser el fundador y líder de la iglesia moraviana. Cristo enseñó que el reino de Dios era una comunidad donde cada miembro servía al otro. Pablo escribió en el mismo sentido: ... Servíos por amor los unos a los otros» (Gá. 5:13). Si usted desea ser un verdadero líder o ya lo es y desea ser mejor, le animamos a estudiar el Curso Liderazgo Espiritual del Dr. Oswald Sanders.
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Escrito por:
O. Sanders -Adaptado por el BBNBI.
Fecha de publicación
2/18/2011 5:01 PM
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