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La Batalla dentro de nosotros
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Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:16-23
Mi doctor notó una pequeña mancha en mi piel - la cual pensó que necesitaba se le prestara atención. Era un problemita que tenía que tratarse para que no se convirtiera en algo peor. Yo no supe que era un problema sino que él lo señaló. Recetó una crema especial que, al aplicarse, ayudaba a que las células buenas de mi cuerpo fueran hacia esa mancha y combatieran contra las malas, eliminándolas. En otras palabras, la medicina comenzó una pequeña batalla entre las células enfermas y las células buenas. Existe una batalla similar librándose dentro de cada uno de nosotros como creyentes. Esto es lo que pasa: Los pensamientos pecaminosos moran dentro de nosotros. Tienen que ser tratados por el Espíritu Santo, quien nos ayuda a combatir y eliminar las malas ideas que nuestra carne alimenta. La carne introduce cosas tales como pensamientos inmorales, impureza, discordia, odio y celos (Gál. 5:19-20). Pero, si clamamos al Espíritu Santo para que venga a rescatarnos, Él combate esas ideas con el fruto del Espíritu: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio" (vs. 22-23). ¿Estás tomando el tratamiento que clama al Espíritu Santo para que luche contra la carne? Así es como ganamos la batalla dentro de nosotros.
Reflexión: El Espíritu de Dios no conoce la derrota.
¡Dios te bendiga!
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Escrito por:
Editores de Nuestro Pan Diario.
Fecha de publicación
3/2/2011 10:27 AM
Número de visitantes
5146
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