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Las paredes caerán - Ester
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Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de azul y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. La ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó; y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra. Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos. Ester 8:15-17 Era como el día de Navidad, el Año Nuevo y día de la Independencia, pero todos juntos. ¡Era como Berlín el 9 de noviembre de 1989! Era como algo que nunca habían visto antes. ¡Estarían cantando toda la noche y día siguiente, porque la angustia había desparecido! Las tinieblas no eran impenetrables, después de todo. Sólo parecía que lo eran. ¿Vive usted en una situación de angustia y tinieblas, donde ya ni la risa es capaz de rebotar de las paredes del hogar? ¿Tiene una existencia sombría o que raya en la angustia? Mientras que otros se dirigen a sus hogares donde les espera el amor y el calor de una familia, ¿se va usted solo a su casa donde le esperan el recuerdo de unas relaciones rotas, y los sentimientos de pesar y culpa? Quizás los últimos sonidos del día sean los metálicos de la puerta de una celda y de algún vigilante que grita: “¡Apaguen las luces!” ¿Ve usted con anhelo una escena como esta en el libro de Ester? La historia de Ester no es ningún insignificante fragmento de historia oculto en los pliegues de un rollo antiguo. Estos principios siguen vigentes hoy en día. Esto es historia, tan importante hoy como cuando se escribió por primera vez. Ha sido escrita para las personas que tienen que enfrentarse con personas duras e intimidantes. Quizás vivan con ellas, estén casadas con ellas o tengan hijos crecidos que son así. Ha sido escrita para las personas cuyas vidas han sido heridas profundamente por documentos y demandas, por informes negativos o por rumores. Ha sido escrita para las personas que viven dentro de las gruesas paredes de la depresión y la infelicidad. Pero este capítulo anuncia en grandes y luminosas palabras: ¡Hay esperanza! Todos los días caen paredes. Pero no puedo predecir cuándo caerán las suyas. Dios se ocupa de derribar paredes. ¡Tenga esperanza! Esto pasará. La verdad se conocerá. Todos los días, las paredes de la depresión y la angustia son penetradas por la maravillosa presencia del Dios vivo.
Por la noche dura el llanto, pero al amanecer vendrá la alegría (Salmo 30:5).
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Escrito por:
Charles R. Swindoll
Fecha de publicación
5/23/2011 9:26 AM
Número de visitantes
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