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¡Pensamiento para Hoy!
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Si cultivamos el gusto por el mundo y los placeres de este mundo, el mundo va tomar su lugar en nuestros corazones y vamos terminar dedicándole la vida a eso. Si desarrollamos el gusto o el apetito por las cosas espirituales entonces el deseo por las cosas espirituales es aquello que va a crecer dentro de nosotros. Todo depende de cuanto tiempo le dediquemos a cada cosa. El apóstol Juan dice: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre " 1Jn. 2:15-17 .
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Escrito por:
Dr. Lehman Strauss
Fecha de publicación
6/16/2011 3:03 PM
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