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¡Excusas! Tercera Parte - Acercándose más a Dios
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“Seré rechazado"
He aquí que ellos no me creerán. ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová (Ex. 4: 1).
Durante 40 años Moisés había estado alimentando su dolor, el dolor del rechazo. El día que defendió a uno de sus propios hermanos de manos de un egipcio supo que estaba rompiendo con la corte de Faraón. Esperaba ser reconocido como el libertador de su pueblo, pero fue humillado y rechazado por quienes debieron haberse sumado a su causa. Fue desterrado al desierto y ahora no quería arriesgarse a que sucediera lo mismo. Dios, por su misericordia, le da a Moisés tres señales para silenciar a los escépticos. Cuando arrojara su vara a la tierra, ésta se convertiría en serpiente; su mano puesta en el pecho se volvería leprosa; y al vertir en tierra un baldado de agua del Nilo, ésta se convertiría en sangre (Ex. 4:2-9). En otras palabras. concernía a Dios, y no a Moisés convencer al pueblo que el mensaje que pronunciara provenía de una autoridad mayor.
Estos milagros demostrarían que eran superiores a los de los mejores hechiceros paganos. El pueblo se convencería que, sin lugar a dudas. Moisés era enviado por Dios. ¿Qué más podía pedir Moisés? Le había sido prometida la presencia de Dios, tenía la garantía del mismo nombre de Dios, y ahora contaba con las credenciales milagrosas que convencerían a su cínico pueblo que regresar a Egipto no era idea suya, sino de Dios. Pero aún así Moisés no estaba dispuesto a regresar.
Continué aprendiendo sobre las excusas de Moisés, estudiando el curso Acercándose más a Dios, serie que encuentra en el Ciclo de Estudios de Personajes Bíblicos.
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Escrito por:
E. Lutzer - Acercándose más a Dios
Fecha de publicación
7/13/2011 4:37 PM
Número de visitantes
3584
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