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Usted puede llegar a ser un líder
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Cuando Jesús seleccionaba líderes, hacía caso omiso a todas las ideas populares de su tiempo (y del nuestro) acerca de qué clase de persona sería idónea para la tarea. La banda de discípulos de Jesús carecía de adiestramiento y de influencia; era un grupo heterogéneo que Él usaría para cambiar al mundo. Jesús escogió personas con poca educación, pero que pronto desplegaron una aptitud extraordinaria. Vio en ellas algo que nadie más veía, y bajo su mano diestra emergieron como líderes que sacudirían al mundo. A los talentos latentes de ellos se les añadió ferviente devoción y furiosa lealtad, pulidas en la escuela de los fracasos y la fatiga. Las cualidades de liderazgo naturales son importantes. Muy a menudo estas pericias yacen dormidas y no descubiertas. Además debemos decir que la forma como manejamos las relaciones nos dice mucho de nuestro potencial de liderazgo. R. E. Thompson sugiere estas sencillas pruebas: • ¿Le molestan o desafían los fracasos de los demás? • ¿Usa o cultiva a las personas? • ¿Dirige o desarrolla a la gente? • ¿Critica o motiva? • ¿Trata de esquivar o de encontrar a la persona que tiene una necesidad o problema especia!? Estas pruebas no significan mucho a menos que actuemos para corregir nuestras deficiencias y llenar los vacíos de nuestro adiestramiento. Quizá la prueba final del potencial de liderazgo es si usted decide hacer algo o no con los resultados. ¿Por qué no toma algunos de los puntos de debilidad y fracaso de los que es consciente y, en cooperación con el Espíritu Santo, - que es el Espíritu de disciplina- se concentra en fortalecer dichas áreas de debilidad y corrige las faltas? Las cualidades deseables en un líder estaban presentes en toda su plenitud en el carácter de nuestro Señor. Cada cristiano debería hacer que su oración constante sea que dichas cualidades puedan incorporarse más rápidamente en su propia personalidad. El agregar potencial de liderazgo a nuestras vidas generalmente requiere que nos desprendamos de los elementos negativos que nos sujetan. - Si somos demasiado sensibles cuando nos critican y nos apresuramos a defendernos, debemos abandonar esa actitud. - Si justificamos nuestro fracaso y tratamos de culpar a otros o a las circunstancias, debemos cambiar de actitud. - Si somos intolerantes o inflexibles de forma que la personas creativas que nos rodean se sientan restringidas, debemos abandonar esa actitud. - Si nos perturba algo que sea menos que la perfección en nosotros mismos y los demás, debemos quitamos eso. El perfeccionista establece metas más allá de su alcance y luego se hunde en una sensación de culpabilidad falsa cuando fracasa. Nuestro mundo es imperfecto, y no podemos esperar lo imposible. El establecer metas modestas y realistas ayudará a que el perfeccionista lidie con un problema sin desalentarse. Si no puede guardar un secreto, no trate de ser un líder. Si no puede ceder en un punto de vista cuando las ideas de alguna otra persona son mejores, ahórrese la frustración del fracaso en el liderazgo. Si quiere mantener una imagen de infalibilidad, trate de encontrar otra cosa que hacer aparte de ocuparse de guiar a las personas. Usted puede llegar a ser un líder, desafíese a estudiar y aprender sobre el Liderazgo Espiritual que se necesita hoy. Estudie con nosotros está aleccionadora serie, que encuentra en el Ciclo de Estudios de Servicio Cristiano. Inscríbase y comience a estudiar totalmente Gratis, la maravillosa Palabra de Dios. ¡No pierda más tiempo!
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Escrito por:
O. Sanders - Liderazgo Espiritual
Fecha de publicación
4/24/2012 10:44 AM
Número de visitantes
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