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Un Amor Admirable
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“Pero Él los salvó por amor de su nombre, para hacer notorio Su poder” (Sal. 106:8). Quiero compartir contigo un texto como nuestro devocional de hoy. Es un hermoso versículo lleno de significado. - Primeramente está el que obra la maravilla de la salvación, a quien el salmista llama simplemente “Él”. No es otro que el que aparece al principio del Salmo: “Alabad a Jehová”. Jehová es el nombre del Dios del pacto, el que acude en ayuda de los suyos. Este en nuestro Dios personal. Es el Admirable, misericordioso, cariñoso, bondadoso Dios. El que ha trazado el camino de nuestras vidas desde la eternidad y el que las está cuidando y protegiendo con su gracia en el tiempo presente. Es el que nos amó tanto que para hacer posible este maravilloso milagro de amor en nuestras vidas, pensó, decidió y determinó venir a buscarnos y morir por nosotros en una cruz, para que nuestra unión con Él, no sea una unión temporal que acaba al final de nuestras vidas, sino una unión perpetua que se extiende para siempre en Su presencia. - En segundo lugar hay una superación admirable, notemos ese “pero” y miremos todo el contexto del Salmo y de nuestras vidas. No éramos perfectos pero Él se acordó de nosotros. Pasamos por situaciones de tremenda dificultad y angustia, rodeados y anegados en nuestro propio llanto, sin esperanza, sin ganas de seguir adelante en medio de la soledad pero Él se acordó de nosotros y nos atrajo a Sí mismo para darnos Su paz, y hacernos sentir la esperanza que nos rodea. Dios superó los obstáculos ¿cómo íbamos nosotros a encontrarlo y llegar a lo que hemos llegado? De ningún modo hubiéramos podido hacerlo pero Él lo hizo. - En tercer lugar está lo que ha realizado para nosotros: nos salvó. No solo en cuanto a salvación eterna, sino en cuanto a salvación de nuestra situación de tristeza y angustia. Cuando el versículo dice que nos salvó, quiere decir que lo hizo plenamente, que no arregló un poco nuestra situación, la cambió definitivamente, la transformó en algo que no es un simple cambio de condición, sino una vida nueva, plena y gloriosa, Él lo hizo. - En cuarto lugar descubro algo mucho más maravilloso. Me pregunto ¿por qué lo hizo? Y la respuesta del versículo es clara: “por amor de Su nombre”, simplemente cada instante de nuestra vida es una manifestación de Su amor hacia nosotros. No teníamos ningún derecho de ser amados de esta forma pero Él lo hizo. Nos rodeó de amor, nos cubrió de gracia, nos otorgó su misericordia, sacó nuestros pies del lodo de la desesperación y los afirmó en la Roca de los siglos. Quitó los lamentos de nuestra alma y puso en su lugar un cántico nuevo en nuestros labios. Si, es verdad, lo hizo porque nos ama. Ese amor no es transitorio, sino continuo: nos amo, nos ama y nos seguirá amando siempre. Rodeados de su amor, marcharemos en este nuevo e ilusionante camino que tenemos por delante descansando en la gracia y sujetos por la poderosa mano de Dios. Pero, al final está el propósito divino en todo esto: “Para hacer notorio Su poder” quiere decir que nosotros, nuestras vidas, nuestro ministerio y nuestro futuro estarán siempre vinculados al testimonio de lo que Dios hizo con nosotros. Cuando luego de las aflicciones nos pregunten como hemos llegado a esa nueva etapa de felicidad, solo podremos contestarles que ha sido el poder de Dios actuando en nuestras vidas. Y, si nadie nos escucha, al recordar una historia de tanta gracia, cuando ya no tengamos fuerzas físicas para otra cosa que orar, uniremos nuestras manos temblorosas por el paso del tiempo para decir: Gracias, amado Dios, por todo cuanto hiciste por nosotros.
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Escrito por:
Pastor Samuel Pérez Millos
Fecha de publicación
5/4/2012 9:44 AM
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