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¿Qué hacer con el afán?
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Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal (Mt. 6:34)
Esta es una pregunta que vale su tiempo: ¿Qué hacemos cuando el afán llega llamando a la puerta de nuestra mente? Primero, debemos fijar nuestra mente en Cristo. "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas [eso que le preocupa] os serán añadidas" (Mateo 6:33). Cuando la tentación a preocuparse llega, ese es el momento crítico. La tendencia es darle lugar; permitirle que suba al porche frontal y que tome asiento allí. Pero antes de que uno lo sepa, ¡el afán se ha deslizado a escondidas por la ventana y se ha instalado en casa! No; hay que detener a la preocupación. Tenemos que decidir que vamos a entregarle a Dios esta preocupación allí mismo y rehusar darle lugar, incluso en el porche de nuestro pensamiento.
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Escrito por:
Charles Swindoll
Fecha de publicación
5/16/2012 10:31 AM
Número de visitantes
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