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El Corazón

De todas las palabras que nos hablan de algún aspecto de la parte inmaterial del hombre (incluyendo el alma y el espíritu), la palabra corazón es la más amplia en significado y la que usamos más frecuentemente. Sólo dos veces parece usarse como asiento de la vida física (2 S. 18 : 14; 2 R. 9:24); en todos los otros más de setecientos casos se relaciona con algún aspecto de la naturaleza inmaterial del hombre.
1. El corazón es la base de nuestra vida intelectual y como tal viene a ser sinónimo de mente. El corazón tiene sus pensamientos (He. 4:12) y los malos pensamientos proceden de él (Mt. 15:19). Sin embargo, es el lugar donde atesoramos nuestro conocimiento de la Palabra de Dios (Sal. 119 : 11).
2. El corazón es también el centro de nuestra vida emocional. Este es el uso en que la mayoría pensaría primero, al considerar el significado de corazón. El corazón ama (Dt. 6:5), se alegra (Sal. 104: 15), se entristece (Ro. 9:2), desea (Sal. 37:4) y expresa muchas otras emociones.
3. El corazón también tiene sus deseos. El propósito o la voluntad de hacer se relacionan también con el corazón (2 Co. 9:7). El corazón elige (Éx. 7.23), se vuelve (Éx. 14 :5), busca (Dt. 4:29) y puede endurecerse (He. 4:7).
4. A veces se emplea metafóricamente la palabra corazón por el interior o centro de alguna cosa. Las Escrituras hablan del corazón del mar (Éx. 15:8), del corazón del cielo (Dt. 4: 1 1 ) y del corazón de la tierra (Mt. 12:40). Este uso nada tiene que ver con la vida espiritual.
5. Nuestro interés principal en el uso de la palabra corazón se relaciona con la vida espiritual, pero primero necesitamos saber cómo pueden afectar al corazón las capacidades antiguas y nuevas. El corazón del hombre no salvo, es caracterizado por términos duros, que nos pueden parecer difíciles de aceptar.  Estos términos podemos decir que afectan a áreas intelectuales, emocionales, de la voluntad y espirituales. El corazón de la persona incrédula, lo describimos como:
- Duro e impenitente (Ro. 2:5). La palabra duro significa empedernido e insensible a las cosas espirituales. También es impenitente o sin arrepentimiento, consecuencia lógica de ser insensible.
- Malo (Jer. 3: 17) e incircunciso (Hch. 7:51).
- Puede ser engañado (Stg. 1 :26) y engañar (Jer. 17:9).
- También puede sumirse en un estado carente de afecto natural (Ro. 1 :3 1 ) .
La salvación aporta a la vida una nueva capacidad y con ella una nueva habilidad para pensar rectamente, para amar a Dios, para disponerse a hacer la voluntad de Dios, para tener el corazón cambiado. El corazón del cristiano (y esto significa su vida intelectual, emocional, volitiva y espiritual) puede ahora ser sincero y puro (He. 10:22). Ahora es circunciso (Ro. 2:29), es decir, ha desechado la carne de pecado. Ahora el corazón puede venir a ser centro vital de un vivir espiritual para el creyente.
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Escrito por:   C. Ryrie - Equilibrio en la vida cristiana    Fecha de publicación  6/20/2012 1:30 PM
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