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Comprender el fruto del Espíritu

Necesitamos estudiar la Palabra de Dios para poder comprender mejor el fruto del Espíritu Santo y cómo crece. A lo largo de la Biblia, la palabra «fruto» se refiere a la evidencia de lo interno. Si lo que está dentro de una persona está podrido, el fruto de la vida de dicha persona también será malo. Cualquier persona que haya aceptado a Jesús como Salvador, tiene a Cristo viviendo en su interior y debe dar buen fruto y debe manifestar «frutos de justicia» (Fil. 1:11) a medida que Dios brilla en esa vida.
El fruto del Espíritu ha sido descrito como «aquellas gentiles costumbres que el Espíritu Santo produce en el cristiano » En Gálatas 5:22-23, el apóstol Pablo enumera dichas «gentiles costumbres», los dones de gracia: «El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.» Sin duda ha deseado que los atributos anteriores sean característicos de su vida, pero ¿cómo puede hacer que eso ocurra? Quizá si lo intento con más esfuerzo puede que esté pensando. Pero Jesús enseña y da ejemplo que tal esfuerzo individualizado, realizado por usted mismo, no es la respuesta. Por el contrario, es fascinante (y ¡reconfortante!) darse cuenta que el fruto del Espíritu puede producirse en nuestra vida del mismo modo en que se produjo en la vida de Jesús. Disfrutaremos de la cosecha de espiritualidad de Gálatas 5 y creceremos en el jardín de la gracia de Dios cuando nos rindamos ante Él y permitamos que su Espíritu obre en nosotros.
A medida que usted y yo estudiemos el curso el Jardín de la Gracia no nos fijaremos solamente en la belleza y la abundancia del jardín de Dios, sino también en cada gracia individual. Consideraremos cada gracia por separado, pero no debemos olvidar que todas ellas van juntas. Todas las nueve manifestaciones del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza (Gá. 5:22-23), forman el fruto del Espíritu. Son como el cordón de las luces de Navidad: hay un cordón con muchas luces, que cuando se conectan a un enchufe eléctrico, se encienden todas a la vez. Sin embargo, si una bombilla se apaga, el cordón entero se apaga también. Así nace el fruto de Dios en nuestra vida. Ninguno de ellos puede faltar, y todos deben ser evidentes para ser fruto de Dios.
También necesitamos recordar que puesto que las gracias mencionadas componen el fruto del Espíritu, ellas nacen en nuestra vida de la misma forma. Son como un reloj con muchas piezas. Un reloj se puede desmontar para limpiarlo y repararlo, pero cada pieza debe estar en su lugar para que el reloj funcione. En nuestro estudio usted y yo analizaremos minuciosamente cada aspecto del fruto del Espíritu, y luego veremos cómo el fruto funciona en conjunto para formar una unidad. Como unidad, todas estas características se producen del mismo modo. Todo lo que se dice de una característica es cierto de las ocho restantes. Son uno y el mismo fruto, entretejidos y relacionados unos con otros, producidos a medida que miramos a Dios. Todos y cada uno de ellos requieren las mismas decisiones, la misma entrega y el cultivo para mostrar la gracia del Espíritu en nosotros y para dar mucho fruto.
Comprenda mejor el fruto del Espíritu. Estudiando el curso: El Jardín de la Gracia de Dios- Estudie la Biblia Gratis - Para inscribirse en el Instituto Bíblico de BBN, ingrese a: www.bbnbi.org  - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse.

Escrito por:   E. George - El Jardín de la Gracia    Fecha de publicación  1/17/2017 2:29 PM
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