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Conflicto con un hijo rebelde
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Leer: 2 Samuel 13-18 Así como el Senor lo prometió, el nombre de David es famoso. Le recordarnos como un gran guerrero que no sólo mató a Goliat, sino que tuvo el valor de guiar sus hombres a la batalla y hacer grandes hazañas para Israel. Le recordamos como un gran músico y poeta. Por 3,000 anos muchas generaciones han sido bendecidas con los Salmos en los que él comparte acerca de cómo fue herido muchas veces, y nos presenta la gracia sanadora de Dios. Su quebrantado corazón ha sanado los de millones de personas. Recordamos a David como un gran rey. Si visita la ciudad de Jerusalén hoy y aún verá monumentos construidos en su honor. Jerusalén es, sobre todo, la "Ciudad de David". Pero no recordamos a David como un esposo y padre de éxito. No sólo pecó con Betsabé y asesinó a Urías; sus hijos fueron indisciplinados, desleales y rebeldes. Sus esposas fueron infelices, porque vivieron perturbadas por el favoritismo del rey.
David pudo manejar su reino, pero no su familia. Natán había predicho: Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada... He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol (2 S. 12:10-11). ¿Significaba esto que la desintegración de la familia de David era inevitable? Mirado en una dirección la respuesta es sí, porque Dios había hablado. Aunque también debemos recordar que la razón para este juicio fue el pecado de David. Pero a pesar de sus propias fallas, David pudo haber jugado un papel más importante en el manejo del conflicto que se desarrolló entre las facciones de su familia. La Escritura no dice nada acerca de cómo David trató con sus pecados de asesinato y adulterio en el contexto de la familia. Creo que podemos asumir que no le confesó su pecado a sus esposas e hijos, ni les pidió perdón por sus acciones. Si lo hubiera hecho, habría ganado suficiente autoridad moral para tener una mano más firme ante los delitos de sus hijos.
Como sucedió, David fue un padre pasivo, que se las arregló lo mejor que pudo con el asesinato y la traición, pero sin guiar o reprender a sus hijos. El pecado de David fue perdonado por Dios, pero paralizó sus relaciones familiares. Perdió su fundamento moral, y nunca lo recobró. Quizá pensó que no tenía la credibilidad necesaria para reaccionar ante sus hijos con formas constructivas. O quizá se sentía incómodo, sin saber qué debía hacer. Aunque pudo obtener un mayor respeto de ellos, del que se daba cuenta, se convirtió en la víctima ' trágica de la rebelión de sus propios hijos. Cuando alguien le preguntó al trabajador de un país en vías de desarrollo, cómo le iba, replicó: ¡Peor que ayer, pero mejor que mañana! David habría entendido esta respuesta. Hoy era peor que ayer, ipero mucho mejor de lo que sería mañana! A medida que leemos estos capítulos, podemos sentir la desintegración del mundo de David. Un martillo golpeaba después de que otro amenazaba con romper su vida en pedazos. No sabemos cuánto tiempo después de la reprensión de Natán, sus predicciones se hicieron realidad. La familia de David comenzó a desenmarañar, a exponer sus fallas.
¿Cuáles fueron sus debilidades como padre? - Demostró ira sin acción - Reconciliación sin perdón - Sentimentalismo sin fortaleza El gran rey David pudo manejar su reino, pero no su familia. Aprenda lecciones muy importantes que nos deja David como hombre, autoridad y padre estudiando el curso: Creciendo en el Conflicto. Encuentra este curso en el Ciclo de Estudios de Personajes Bíblicos. Aprenda de David cómo el conflicto puede refinar la fe. Estudie la Biblia Gratis y permita que Dios transforme su vida. Para inscribirse ingrese a: www.bbnbi.org - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse. ¡Dios le bendiga y adelante!
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Escrito por:
E. Lutzer – Creciendo a través del Conflicto
Fecha de publicación
5/12/2017 11:21 AM
Número de visitantes
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