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Usted puede ser un Bernabé
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"Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso". Hechos 9:26-30
Los discípulos le temían a Saulo. No podían creer que fuera un discípulo. “Pero Bernabé. . .”. ¿No son unas excelentes palabras introductorias? No se sabe dónde, sale Bernabé para animar a Saulo y para ser su abogado personal. ¿Cómo se enteró Bernabé de que Saulo necesitaba ayuda? No lo sabemos. Pero sí sabemos que Dios es soberano y que tiene sus Bernabés en todos los lugares, en todas las iglesias, en todas las universidades y seminarios, e incluso en el campo misionero. Cada Bernabé está preparado para acudir de inmediato en ayuda de alguien necesitado de estímulo.
Por tanto, en vez de actuar con temor y prejuicios, Bernabé dio un paso al frente y “le recibió.” Saulo estuvo dispuesto a aceptar su ayuda. Esa es una buena dependencia. Bernabé tomó a Saulo bajo sus alas, y dijo: “Ven conmigo. Voy a aclarar este asunto con estos hombres. Ellos me tienen confianza.” Así lo hicieron, y el relato sagrado dice que Bernabé “le llevó a los apóstoles. Les contó cómo había visto al Señor en el camino, que había hablado con Él, y cómo en Damasco había predicado con valentía en el nombre de Jesús”. ¡Eso es lo que yo llamo una intervención divina a través de un santo menos conocido! Bernabé dijo básicamente: “Yo he investigado a este hombre, y sé que todo lo que ha dicho es verdad. Él vio al Cristo resucitado, lo mismo que ustedes. El hombre es de los nuestros. Acéptenlo... ¡y estén tranquilos!”
Las palabras que siguen cuentan el resultado de la acción de Bernabé en favor de Saulo: “Así entraba y salía con ellos en Jerusalén, predicando con valentía en el nombre del Señor.” Por primera vez en su ministerio, Saulo hablaba libremente de Jesús en Jerusalén, en compañía de discípulos distinguidos, libre para ser él mismo para la gloria de Dios. ¿Qué había hecho la diferencia? ¡Bernabé!
Usted puede ser un Bernabé hoy. ¿Conoce usted a alguien que haya sido humillado porque tiene un mal historial personal? ¿A alguien que nadie presta atención, aunque su vida ha sido transformada, pero nadie quiere creerlo? Le animo a dar un paso al frente como lo hizo Bernabé en favor de Saulo. Busque a esa persona que necesita una segunda oportunidad, dele una gran dosis de gracia para ayudarle a comenzar de nuevo en la vida cristiana. Todo el mundo necesita de un Bernabé en algún momento de su vida.
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Escrito por:
Pastor C. Swindoll
Fecha de publicación
8/19/2017 1:43 PM
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