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LAS AFLICCIONES SON PARTE DE LA VIDA
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“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Sal. 34:19). La Biblia enseña que el justo es afligido. Multitud de ejemplos históricos son puestos delante de nosotros que lo confirman. El apóstol Pablo sirve de ejemplo: “...en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces... en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frio y en desnudez...” (1 Co. 11:23, 27). Aparentemente seguir a Cristo es un camino lleno de dificultades y de problemas, y lo es. Jesús dijo que “en el mundo tendréis aflicción” (Jn.16:33). Es más, no solo en el mundo, sino también cuando queremos vivir conforme a la fe incluso en la iglesia. El apóstol Pablo nos advierte, cuando escribiendo a Timoteo le dice: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti. 3:12). Las aflicciones forman parte de la vida de todo aquel que vive a Cristo, puesto que, si Él padeció, debemos nosotros asumir el pensamiento de que también padeceremos como Él. Que fue “varón de dolores, experimentado en quebranto”. Dios nos llama a revertir un pensamiento de inquietud frente a nuestras pruebas y dificultades, cambiándolo por una aceptación gozosa, ya que como dice el versículo, “muchas son las aflicciones del justo”. Las pruebas son situaciones dolorosas que ponen a prueba nuestra fe y que producen tristeza, como consecuencia natural. Pero la Palabra nos enseña que cuando vengan estas aflicciones en lugar de tristeza, el gozo llene nuestros corazones. Esto se alcanza cuando vemos no el momento de la angustia, sino el resultado que produce: “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia... para que seáis perfectos” (Stg. 1:3-4).
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Escrito por:
Pastor Samuel Pérez Millos
Fecha de publicación
1/22/2019 3:35 PM
Número de visitantes
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