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UNA PROMESA DE CONDUCCIÓN
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“Y Jehová va delante de ti; el estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides” (Dt. 31:8). ¿Nos hemos detenido en este versículo? ¿Hemos considerado a lo que Dios se compromete con nosotros? Hay en este versículo grandes promesas, todas se cumplirán en su tiempo, cuando nos sea necesario. Son además compromisos individuales, el texto está escrito en singular. Debo tomarlas así en este día.
Primeramente hay una promesa de Conducción: Jehová va delante de ti. La leo con atención. No dice que irá, cuando me sea necesario, sino que va. En cada momento de mi vida Dios va delante de mí. Es posible que el camino se difumine con la niebla de la desorientación, o no sepa que rumbo seguir en alguna encrucijada, pero Dios va delante, alumbrando la senda y conduciendo mis pasos. De día cubriéndome con la sombra protectora de su presencia, de noche alumbrando mis camino para que no tenga necesidad de detenerme. Por tanto, el versículo me alienta: “no temas ni te intimides”. Miro adelante y siento temor. Como hombre mis fuerzas se debilitan y la dificultad del camino se levanta como una muralla delante de mí que considero insuperable. Los enemigos rugen a mí alrededor profiriendo amenazas de muerte, pero Dios está conmigo. ¡Oh, alma mía! Descansa ahora. Que tus temores desaparezcan y tus miedos se esfumen. Ven y disfruta de la promesa de Dios y di al Señor: hazme notar tu presencia y fortalece mi fe, para sentir que estás conmigo y que no me dejarás.
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Escrito por:
Pastor Samuel Pérez Millos
Fecha de publicación
5/2/2019 12:04 PM
Número de visitantes
2371
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