En nuestro frenético mundo, es fácil perder de vista nuestro verdadero propósito en la vida – la adoración de Dios. Cada creyente, en su lucha para permanecer enfocado en Dios, tiene su propia forma de mantener ese enfoque. Las necesidades de cada individuo son diferentes. Una persona puede memorizar un pasaje bíblico cada semana; otro podría tener un estudio bíblico personal cada mañana; otro podría tener un objetivo de compartir el mensaje del evangelio con al menos una persona cada semana. Cada una de estas cosas mantiene a Cristo en el primer lugar de nuestra mente.
Además, cada una de estas actividades tiene algo en común. Cada una es algo que los creyentes pueden hacer para mantener su enfoque donde debe estar. Esto es rendirse – rendirse a Jesucristo, a Dios. Rendir completamente la vida es necesario y rendir: necesidades, preocupaciones, dolores, alegrías, alabanzas. Hay que rendir el aspecto físico, emocional, mental, y espiritual.
Considere los siguientes versículos:
- Romanos 12:1: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional – la clase de culto que él aceptará. Cuando piensas en lo que él ha hecho por ti, ¿esto es pedir demasiado?".
- Lucas 9:23-24: "Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará". -
- Romanos 6:13: "ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia".
Una vida rendida tiene que ver con la confianza. Es confiar en que Dios tiene tus mejores intereses en el corazón. Es confiar en que se puede creer en Su palabra y tomarla al pie de la letra. Es confiar en que todas tus necesidades serán suplidas. Al rendirse se quita el enfoque de uno mismo y lo coloca en Cristo, y se demuestra por la obediencia.
Un amado pastor escribe, "rendirse no es la mejor manera de vivir; es la única forma de vivir. Nada más funciona. Todos los demás enfoques conducen a la frustración, la decepción y la autodestrucción". No hay mejor manera de mantenerse enfocado como creyente que entregar totalmente la vida al Señor y Salvador.