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PODEMOS VIVIR EN LA ESPERANZA (Rut 2:17-23)
La Gozosa seguridad y confianza en las promesas de Dios
Rut trabajó durante todo el día con un corazón gozoso y esperanzado. No tenía que preocuparse de que los hombres la acosaran o de que los demás obreros la estorbaran. Tenía comida y agua para satisfacerse cuando lo necesitara y un lugar de descanso cuando se sintiera fatigada. El grano que salió de las espigas recogidas llegó a un efa de cebada, equivalente a más de 20 kilos (DHH); eso era suficiente alimento para dos mujeres para casi una semana. También tenía lo que le había sobrado del almuerzo (v. 18). Rut no era solo una trabajadora diligente, sino que también era cuidadosa de no desperdiciar nada de lo que Dios le había dado.

¿Cómo respondería Noemí a las experiencias de Rut? La última vez que vimos a Noemí estaba dando a conocer su amargura a las mujeres de Belén y culpando a Dios por sus tristezas y pobreza. Cuando Rut le pidió permiso para ir a espigar a los campos, Noemí también le dijo: "Vé, hija mía" (v. 2). No le dio a su nuera ninguna palabra de estímulo ni tampoco la promesa de sus oraciones.
Ahora escuchamos una nueva palabra de los labios de Noemí: "¡Bendito sea... !" (vv. 19, 20). No solamente bendijo al benefactor de Rut, sino que también bendijo a Dios. Ya estaba pasando de la amargura a la bendición. Cuando Noemí vio el grano, bendijo al hombre que le había permitido a Rut trabajar en su campo; y cuando supo que aquel hombre era Booz, bendijo al Señor. ¡Qué gran cambio estaba ocurriendo en el corazón de aquella viuda afligida! Este cambio sucedió porque una nueva esperanza estaba entrando en su corazón, y el que le estaba dando esta esperanza era Booz.

Noemí vio la luz de la esperanza debido a quién era Booz: un pariente cercano que era rico e influyente. Como veremos, un pariente cercano podía rescatar a sus familiares de la pobreza y ofrecerles una nueva oportunidad en su vida (Lv. 25: 25-34). Pero también tenía esperanza debido a lo que Booz hizo: Había mostrado bondad para con Rut y se interesó personalmente en su situación. Cuando Rut compartió con Noemí lo que Booz había dicho, su esperanza creció mucho más porque las palabras de Booz revelaban su amor por Rut y su deseo de hacerla feliz. La insistencia de Booz en que Rut permaneciera cerca de sus criadas en su campo demostraba que el pariente del esposo de Noemí estaba haciendo planes en los que entraban ella y su nuera.

¿No deberíamos los que creemos en Jesucristo regocijarnos en la esperanza? Cuando usted considera quién es Él, lo que ha hecho por nosotros, y lo que nos dice en su Palabra, no hay razón para que nos sintamos desesperanzados. Jesucristo es el Hijo de Dios, murió por nosotros, y ahora intercede por nosotros ante el trono del Padre. Él nos ha dado en su Palabra "preciosas y grandísimas promesas" (2 P. 1:4) que nunca pueden fallar. No importa cómo se pueda sentir hoy, no importa cuán difíciles puedan ser sus circunstancias, puede regocijarse en la esperanza si enfoca su fe en Jesucristo.

Robert G. Ingersoll, el conferenciante agnóstico estadounidense, llamó a la esperanza "la única mentira universal que nunca pierde su reputación de veracidad". Pero el fallecido Norman Cousins, ex editor de la revista Revisiones en el Sábado, que sobrevivió milagrosamente a una enfermedad casi incurable y a un severo ataque cardiaco, discrepa claramente con Ingersoll. "El cuerpo humano experimenta un poderoso empuje gravitacional en la dirección de la esperanza", escribió Cousins. "Por esa razón las esperanzas del paciente son el arma secreta del médico. Son el ingrediente oculto en toda prescripción". En su trabajo con los enfermos en la Escuela de Medicina de la Universidad de los Ángeles, Cousins probó el poder de la esperanza para cambiar la vida de las personas.

Para el creyente cristiano, la esperanza no es un sentimiento superficial generado por fantasías optimistas. La esperanza es un sentido interno de gozosa seguridad y confianza en la medida que confiamos en las promesas de Dios y encaramos el futuro con su ayuda. Esta esperanza es el don de Dios para sus hijos por medio del Espíritu Santo, quien nos recuerda las promesas de Dios recogidas en su Palabra (Ro. 15:13).
Nuestra esperanza y confianza en Dios, nos ayuda a dedicar completamente nuestra vida al Señor. Estudie completamente la serie Seamos Dedicados, estudios bíblicos sobre Rut y Ester. Estudie la Biblia Gratis. Para inscribirse en el Instituto Bíblico de BBN, ingrese a: www.bbnbi.org  - (Español) y luego haga clic en Ayudas a sus Preguntas. La Ayuda No. 1 dice Cómo Inscribirse.

Escrito por:   W. Wiersbe – Seamos Dedicados    Fecha de publicación  7/5/2019 10:56 AM
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