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AYUDANTES MISTERIOSOS
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Leer: Hebreos 13:1-3 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles (v. 2). Luisa padece distrofia muscular. Un día, en una estación de trenes, se encontró con una larga serie de escaleras y sin ascensor ni escalera mecánica. A punto de llorar, vio aparecer a un hombre que tomó su bolso y la ayudó gentilmente a subir. Cuando se dio vuelta para agradecerle, había desaparecido.
Miguel llegaba tarde a una reunión. Ya estresado por un problema personal, no solo comenzó a luchar con el tráfico de Londres, sino que pinchó un neumático. Desesperado y bajo la lluvia, vio acercarse a un hombre que abrió la cajuela y cambió la rueda. Cuando se dio vuelta para agradecerle, ya no estaba. ¿Quiénes eran esos ayudantes misteriosos? ¿Amables desconocidos o algo más?
La imagen popular que tenemos de los ángeles como criaturas radiantes y aladas es una verdad a medias. Algunos lucen así (Isaías 6:2; Mateo 28:3), pero otros llegan con los pies sucios y con hambre (Génesis 18:1-5) o se confunden fácilmente con gente común (Jueces 13:16). El escritor de Hebreos afirma que al ser hospitalarios con desconocidos, podríamos estar recibiendo a ángeles (13:2).
No sabemos si los ayudantes de Luisa y Miguel fueron ángeles, pero podrían haberlo sido. Los ángeles están ayudando ahora mismo al pueblo de Dios (Hebreos 1:14). Y pueden lucir como cualquier persona en la calle.
Dios, gracias por la ayuda de los ángeles y de los hermanos(as) en Cristo.
¿Qué sabes sobre los ángeles? ¿Recuerdas una instancia en que podrías haberte encontrado con uno, sin saberlo?
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Escrito por:
Escritores de Nuestro Pan Diario
Fecha de publicación
1/6/2020 11:07 AM
Número de visitantes
2492
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