La búsqueda de Dios es más que una observación casual. El salmista dijo: "¡Cuán bienaventurados son los que. . . con todo el corazón le buscan!" (Salmo 119:2). David sabía y conocía el privilegio de buscar a Dios y sabía que la felicidad viene cuando le  buscaba de todo corazón. En Jeremías también leemos: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. (Jer. 29:13). La razón por la cual los judíos de la época del profeta no hallaban a Dios era por que no le buscaban de todo corazón. Esto usted sabe que sucede hoy, por que muchos creen que Dios es un pasatiempo. A veces creemos y nos ilusionamos pensando que si seguimos un devocional diario de quince minutos nuestra vida va estar bien con Dios. Le pregunto ¿Qué ha buscado hoy usted con todo su corazón? ¿Podría afirmar que ha buscado al Señor con todo el corazón? Tenemos que reconocer que a veces no nos hacemos el tiempo para buscar a Dios de esta manera. Muchas veces la televisión u otros entretenimientos nos roban el tiempo, otros días el afán por el dinero nos lleva a trabajar mucho y así descuidamos nuestro tiempo con Dios. También nos sucede que por buscar al algo incorrecto nos desviamos y así nuestro corazón se enfoca en otras cosas como sentimientos, relaciones o deseos y no queremos estar con Dios.

Martín Lutero solía decir: Mientras menos palabras, mejor la oración. Este hombre de Dios no estaba sugiriendo que las oraciones deben ser siempre cortas. Aquello que nos quería decir, es que una oración sincera que usa sólo unas pocas palabras es mejor que una oración insincera que usa muchas palabras, por que sabemos que Dios escucha el corazón.

Alguien escribió: En la Oración, Dios escucha más que palabras, escucha el corazón.

Hoy estudiemos la Biblia y busquemos al Señor de todo corazón recordando que Dios "es remunerador de los que le buscan" (He.11:6).

Que Dios le acompañe y bendiga.

Equipo de trabajo del BBNBI.