"Porque el Señor su Dios está con ustedes, Él luchará contra los enemigos de ustedes y les dará la victoria." Deuteronomio 20:4

El pueblo de Israel tenía que entrar en la tierra prometida y conquistarla. Se dice fácil, pero era una empresa complicada y peligrosa. Ellos eran un pueblo de esclavos, ninguno era un gran soldado, no sabían de tácticas militares, ni de guerras o espadas. Y tenían que enfrentar a ejércitos diestros en batallas, ciudades amuralladas, armas poderosas. Y en esa lucha, corrían con grandes desventajas. Era una lucha desigual. Nadie lo decía abiertamente, pero había miedo en el pueblo. La  realidad era demasiado abrumadora. No había manera de vencer en la batalla. Por eso Moisés les recuerda esta gran verdad. No importa lo poderoso de sus armas, ni lo alto de sus murallas, ni lo numeroso de sus ejércitos, ni lo salvaje de sus soldados. El pueblo de Israel iba a vencer, porque Dios lucharía por ellos.
No hay enemigo que pueda enfrentar a Dios, Él es más poderoso que cualquier problema, y más grande que cualquier dificultad. El miedo se derrite, cuando Dios aparece. Y confiando en esta promesa, el pueblo entró en la tierra prometida y la tomó. No hubo ciudad que se resistiera a su poderío, ni ejercito que pudiera hacerles frente. Nadie puede derrotar a Dios.
¿Cuál es tu batalla hoy? ¿A quién o que tienes que enfrentar? ¿Qué te produce miedo? Puede haber alguna batalla pendiente que no está resuelta, alguna dificultad que no podes solucionar, alguna tristeza que te acongoja el alma, algún dolor que te inmoviliza, algún problema sin solución y eso te da miedo o tal vez te enoje, o te inquiete o te moleste.
Dios hoy vuelve a decirte con todo el amor de su corazón que Él va a pelear por ti. Él luchará contra tu enemigo y te va a dar la victoria. No hay problema que sea más grande que Dios, no hay dificultad que pueda superarlo. Dios es Todo Poder y Él está de tu lado. No bajes los brazos, no te desanimes, Dios pelea por vos. Aun en el momento más difícil de tu vida, Dios sigue estando a tu lado. Aunque te sientas solo y desvalido, Dios no te abandona. Su Presencia está siempre cerca de ti. Él quiere darte la victoria sobre tu problema. Tiene el poder par hacerlo.

REFLEXIÓN - Dios lucha por ti. Tienes la victoria asegurada.