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¡No estás solo!
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"Es tal la angustia que me invade, que me siento morir, les
dijo Jesús. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo." Mateo 26:38
Nuestra hijita Connie siempre está contenta, es una beba maravillosa y feliz.
Con sus jóvenes 10 meses, nos llena de sonrisas todo el día. Sonríe todo el
tiempo y te muestra generosamente sus únicos tres dientecitos de su boca. Está
siempre activa, atenta y
despierta, y nos compra con su risa permanente.
En estos días está algo complicada con un bronco espasmo que ataca a los
pequeños. Tiene fiebre y está decaída, tiene los ojitos rojos, está molesta y
dolorida. No se siente nada bien, y perdió su sonrisa. Es muy raro verla así tan caidita, no es algo habitual en ella. Entendemos que es por su enfermedad, y nos duele
verla sufrir. Pero nos llama la
atención como se manifiesta en su estado de ánimo. Pero sabemos que en pocos
días ya va a estar sonriendo de nuevo. En el texto que leímos, Jesucristo
estaba en el huerto. Se encontraba a pocas horas de enfrentar la cruz, revelar
su corazón a sus discípulos y cumplir con la
voluntad de su Padre. Estaba triste hasta la
muerte, tanta angustia tenía que se sentía morir. Eran demasiadas cosas que le
pesaban en su alma. Era muy raro verlo así, no era algo habitual en el Señor.
Él siempre tenía Palabras de Vida
Eterna, siempre estaba sereno y calmado, tenía una palabra
de aliento para cada afligido y una solución para cada problema. Siempre había
una sonrisa en su boca, y una palabra
amable en sus labios. Verlo tan
angustiado en el huerto, habrá sido un duro golpe para los discípulos. Tan
duro, que en lugar de quedarse a su lado,
se fueron a dormir de tristeza. Y Cristo tuvo que soportar solo la terrible angustia que le destrozaba el corazón.
Tal vez hoy estás raro, y te comportas de manera poco habitual. Posiblemente
nadie se da cuenta, pero sabes que tu corazón está sufriendo. Tal vez la angustia es muy grande y la
tristeza te seca el alma. ¡Jesús lo sabe! Él conoce la
sensación de sentirse morir de dolor, Él ya estuvo en ese lugar y comprende como te sentís. Por eso hoy te
ofrece su consuelo. Él ya está sonriendo de nuevo, pleno de poder y de
autoridad en el Cielo. Y porque se acuerda de su momento en el huerto, hoy
tiene la capacidad para acompañarte
y consolarte. No estás solo.
Jesucristo te entiende y te consuela,
es habitual para Él.
REFLEXIÓN - Consolar
a sus hijos diariamente, es algo habitual en Jesús.
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Escrito por:
Daniel Pérez Cliffe.
Fecha de publicación
6/17/2008 12:55 PM
Número de visitantes
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