La llegada de un rey.
Sin duda alguna, una de las cosas que más me gustan de la época navideña es la música. A decir verdad, las canciones que hacen referencia a la encarnación de Cristo podrían cantarse todo el año, pero no tiene nada de malo dejarlas para una ocasión especial. En realidad, lo que las hace tan especiales es que solo las cantamos durante esa temporada.
No es mala idea apartar ciertas cosas para ocasiones especiales. Piénselo, si uno tuviera candelabros en la mesa todos los días, el día en que pueda sentarse a la mesa con luz incandescente, sería un día especial. Sus hijos dirían, ¡Que bueno, ahora podemos ver lo que estamos comiendo!
Si usted tomara sidra todas las noches, todo el año, estaría mas que contento el día en que al fin pueda disfrutar una taza de te o café.
Mi papá, que se crió en el campo, me contaba cuan especial fue para el la primera vez que pudo comprar pan rebanado en la despensa. Esto implicaba dejar de trabajar arduamente, amasar y demás, para comer pan en la mañana. ¿Quién quería pan casero? Todos querían el pan envasado de la despensa; era especial.
Las cosas pueden pasar a ser especiales, por el simple hecho de ser diferentes.
Ahora, muchos creyentes bien intencionados piensan que no debemos celebrar la navidad, dado a los orígenes paganos de nuestras celebraciones navideñas.
Por ejemplo, los romanos decoraban sus templos y altares paganos con plantas y velas. De hecho, cuando los romanos conquistaron Gran Bretaña, se encontraron con druidas que empleaban muérdago en sus ceremoniales paganos. Ya en el siglo quinto, todas estas prácticas pasaron a ser parte de la celebración de navidad en la iglesia.
Los puritanos trataron de eliminar el festejo de la Navidad. Para ello, en Inglaterra, pasaron una ley en el año 1.644 que dejaba a la navidad como un día laboral más. Es mas, por un tiempo, mientras estaban en Inglaterra, era ilegal cocinar postres navideños en Diciembre.
También vemos en la historia de Norteamérica, como los puritanos trabajaban deliberadamente el 25 de Diciembre para demostrar su oposición a los festejos navideños.
Hasta el apóstol Pablo tuvo algo que decir en cuanto a las festividades de aquellos días. “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.” –Romanos 14:5-6.
En otras palabras, ningún día es más especial que otro. Pero si usted escoge hacer un día o una temporada, especial, sáquele el máximo de provecho para la gloria de Dios.
Así que cuando haga de algún día un día especial, déle un significado redentivo. ¿Quiere ponerle muérdago a su árbol de navidad? Entonces pregúntese: ¿Cómo puedo hacer para que reflejen el mensaje de Navidad?
Muchos creen que Martín Lutero, el padre de la reforma, fue el primero en concebir la idea de usar luces en el árbol de navidad para indicar el nacimiento de la Luz del mundo. El uso algo que tenia un comienzo pagano y le dio un propósito redentivo.
La cuestión no es si celebramos la navidad o no, ¡sino como la celebramos y por que la celebramos!
Ahora, si usted decide no celebrar algo porque tiene connotaciones u orígenes mundanos, le será mejor no estudiar historia de la civilización.
Por algunas semanas, no haga si quiera mención del año nuevo, ni escriba el mes de Enero. De hacerlo, estará asociando su agenda al nombre del dios romano que tenia dos caras –una mirando hacia delante, al año nuevo, y una hacia atrás, mirando al año que pasó.
Tampoco maneje un automóvil Mazda, ya que el nombre de esa compañía proviene del dios conquistador de los Persas.
También debe recordar quitar la figura del pez que lleva pegada en su auto. Ese símbolo se usaba mucho antes que la Iglesia lo adoptara. Se trataba de un símbolo asociado a varios dioses paganos. Al ser dibujado horizontalmente representaba a un pez, pero al dibujarlo de forma vertical, representaba el vientre de una diosa.
En al China, la gran diosa Kwian-yin se representaba en semejanza a un pez. En Egipto, la diosa Isis era conocida como el gran pez del abismo.
En Grecia, la diosa Afrodita Salacia era adorada los viernes, y sus prosélitos comían pescado en su honor.
Así que ahí tiene otro problema, no coma pescado los viernes, porque los adoradores de Afrodita lo hacían en su honor.
De hecho, ni siquiera nombre el ‘viernes’, ya que se trata de una transliteración del nombre de otra diosa que se llamaba “Venus”
Los cristianos primitivos tomaron prestado este símbolo del pez y le dieron otro significado. También lo utilizaban para marcar sus lugares de reunión; como el símbolo era tan común, nadie se daba cuenta.
El punto es, si usted no quiere tener ninguna asociación con iconos paganos o símbolos de prácticas paganas impías, va a tener que vivir en una cueva. Pero ahí tiene otro problema, vivir en una cueva para escapar del mal también tiene orígenes paganos.
Imagínese entonces que usted esta manejando un Mazda, es viernes y esta en el mercado comprando pescado. Si esto es así ¡Esta en problemas! Si nos fijamos en eso, estamos dejando de lado lo mas importante: El por que celebrar y lo que los símbolos significan para nosotros como creyentes son lo que deben distinguirnos como cristianos.
Yo creo que la Navidad es una oportunidad fantástica para que exaltemos a Cristo en nuestra comunidad y mi recomendación es que aprovechemos esta oportunidad al máximo.
En esta Navidad, van a haber cientos de personas congregadas en distintas iglesias y que no las vamos a ver mas al menos hasta las pascuas. Tenemos que aprovechar lo que para ellos es simplemente una celebración más. Ellos vienen para vernos, para ver que hacemos; quieren saber si la navidad es algo más que un símbolo.
Tenemos que asegurarnos que la música es la apropiada y que el mensaje es claro, para que sepan por qué es que celebramos lo que celebramos y para que ellos lo hagan también. Tenemos que asegurarnos de separar el mito del mensaje.
La verdad, hay muchos mitos, incluso dentro de la iglesia, en cuanto a la historia de la navidad. En al iglesia se ha perdido muchísimo porque el mensaje se diluye, se trivializa. La historia de la navidad en realidad es una escena brutal; solitaria; desesperada, con unas circunstancias de gran impacto emocional para el lector. La historia comienza con intriga y termina con un asesinato.
La llegada de los magos.
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.” –Mateo 2:1-3.
No estoy seguro de cómo se imagina usted a los magos, pero no se trata de tres viejitos cargando cajas con regalos; se trataba de trata de unos individuos que vinieron a ungir al rey.
De todas las preguntas que le podían hacer a Herodes para que este y los judíos se enojaran, ellos escogieron la apropiada: “¿Dónde esta el rey de los judíos que ha nacido?”
Ellos no dijeron que iba a nacer un día, sino que ya había nacido. Es como si hubieran proclamado, “Ya sucedió, ¡Y no hay nada que puedan hacer al respecto!” Y luego le agregan el siguiente titulo al recién nacido, “Rey de los Judíos.”
Permítame hacer una pausa y dirigirme detrás de la escena por un momento para enfocarme en Herodes.
Libro: Los Mitos, Mensajeros y el Misterio de la Navidad. (Libro disponible en la página web de BBN Radio: www.bbnradio.org)
Autor: Stephen Davey.
Traducción: Guillermo Olivera.