Tal vez usted ha pensado alguna vez, “Seguro que voy a ser feliz cuando…” O “Voy a estar contento cuando…” Siempre estamos esperando algún evento en nuestras vidas o la conclusión de algún proyecto que nos traiga una felicidad que nunca antes habíamos experimentado, sin embargo, al hacer eso, nos estamos perdiendo el gozo que el Señor tiene para nosotros cada día.
El apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses que debemos “Regocijarnos en el Señor siempre.” También dijo, “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18). ¿Alguna vez se percató que al no ser agradecido uno está fuera de la voluntad de Dios?
Quizá en este momento está pasando por algo que no es agradable. Nuestra tendencia es decir, “¡Seguro que voy a ser feliz cuando esto termine!” Pero la actitud cristiana y la correcta, es la de ser agradecidos! Job pudo decir en medio de todo lo que estaba pasando, “Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.” (Job 23:10). Si bien Job no estaba a gusto durante este sufrimiento, sabía que Dios tenía el control y el propósito en esta prueba.
Dado a que nosotros sabemos que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28), podemos dar gracias por lo bueno que está sucediendo en nuestras vidas en este momento. Como dijo Habacuc: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. (Habacuc 3:17-19)
Algunas de las personas más espirituales que he conocido, son aquellas que están pasando por pruebas y aunque tienen varias razones para quejarse; han elegido gozarse en medio de las dificultades y adversidades de la vida. “El gozo de Jehová pasó a ser su fuerza. (Nehemías 8:10).